viernes, 22 de noviembre de 2013

Tiempo, vida, primavera

La vida es tiempo, y nosotros la forma en que lo empleamos.
No existen más misterios: el tiempo, y la acción que lo consume.
Lo que es dado, lo que se quita, lo que vuelve transformado,
lo que se escapa, lo que se espera, lo que no entendemos.
Y aceptamos.

Halley pasa y pasa sin cesar

Desde la última vez que nos vimos Ágata aprendió a caminar. Facebook cambió cinco veces su interfaz. El cielo se acopló con el mar. El cometa Halley volvió a pasar. Los polos se derritieron y se volvieron a enfriar. Todo cambió tanto. Pasó tanto tiempo desde la última vez que volvimos a hablar... No recuerdo qué nos dijimos, en cuánto quedamos en volver a llamar, quién fue el último que dijo chau.

lunes, 18 de noviembre de 2013

Dueños del mundo

Fue siempre el que se quedó cuando podía volverse; el que siguió avanzando cuando nadie pensó que iba a seguir avanzando; el soldado que no se replegó a pesar de estar herido y siguió en el frente; el que corrió al primer lugar voluntariamente; el que no colgó todo cuando se hizo su hora sino que eligió seguir activo; el que fue mucho más allá de lo que todos merecían y creían posible. Ése marcó la diferencia. Y no el que aflojó al tocar el límite, mucho menos el que se dejó caer un metro antes de cinta de llegada, jamás el que no se levantó del sillón. El mundo, la vida y las cosas están para el que empuja más allá de sí mismo, para el que hace a pesar de lo que cree.

jueves, 7 de noviembre de 2013

Los mejores años de mi vida

Una vez me preguntaron
cuál era el secreto de mi dicha,
y es que me propongo cada día
celebrar el aniversario del mejor año de mi vida.

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Y no sabe

Estos labios tan resecos,
que tanto quieren besarte,
que tanto muerden padentro,
que tanto pierden aliento.
Esta boca tan vacía
que tanto repite tu nombre,
que tanto extraña la vida
que tanta falta le hace.
Esta sonrisa marchita
que sabe a lágrimas mares,
que no se derrota ni vence,
que quiere hacerte reír.
Y no sabe.

domingo, 3 de noviembre de 2013

Felicidades globo

Algunos tienen felicidades carpas, fáciles de estaquear en el piso, pero se les vuelan con la primera ráfaga. Otros edifican felicidades casas y las hay de todo tipo y tamaño y solidez, sin embargo casi nadie las hace antisísmicas. Algunos pretenden tener felicidades zapatillas, e ignoran que se van gastando poco a poco. O felicidades globo, y van allá a lo loco con el viento. Lindas felicidades globo. La mía es una felicidad barco. Barco de astillero, sereno en tierra, preparado, espera que se abran los diques y suba la marea, para convertirse en felicidad barco aventurero.

jueves, 31 de octubre de 2013

Sonreír sonriendo

Descubriré esperando.
Esperaré andando.
Andaré viajando.
Viajaré aprendiendo.
Aprenderé creciendo.
Creceré buscando.
Buscaré riendo.
Reiré sonriendo.
Sonreiré sonriendo.
Sonreiré sonriendo.

miércoles, 30 de octubre de 2013

Zeca

Un  libro comprado de segunda mano me enseñó lo hermoso de crecer viendo que la vida es hermosa. Y me dieron ganas de no dejar de crecer de esa forma. ¿Habría un límite para ver que la vida es cada vez más hermosa? Es algo así como de estar predispuesto, como de esperar lo mejor y lo peor al mismo tiempo, como no querer poner parches al instante, sino pensar primero. Considerar las cosas siempre desde cero. Perdonar y poder ignorar, dejar ir y amar, gatillar y reír de nuevo.

lunes, 28 de octubre de 2013

Añoro

Añoro los años esos en los que todo podía esperar. La mayor ansiedad era adivinar el punto de salida del sol cada madrugada. Casi siempre era el mismo lugar. Añoro el tiempo que dedicábamos a imitar pájaros, a hacer pozos que abandonábamos por la mitad, aunque nunca supimos a qué profundidad planeábamos cavar. Añoro esa eterna noche que vimos el eclipse lunar. Se eclipsó dos veces seguidas, ¿te acordás? Una a la ida, otra para atrás. Añoro el olor de los perfumes que robábamos, el lado húmedo de los pastos, los tarritos vacíos de azafrán, la memoria de las baldosas flojas, los sábados, los avioncitos de cartón colgados de los árboles, la higuera de tu vereda, los jueguitos de piolín de pizza, los chasquibunes, la nada.

viernes, 25 de octubre de 2013

Nbmfñb

Te quiero mucho más
de lo que es sensato.
Te quiero más allá
del punto sin retorno.
Te quiero de la única forma que sé querer:
con alma y dientes,
pecho y frente;
sin precedentes,
sin después.

lunes, 21 de octubre de 2013

Más solo que la luna

Si la soledad fuera persona, seguro me deja solo y me abandona.

domingo, 20 de octubre de 2013

Los nidos oh las aves

Si en el cielo no hay tropiezos, ¿por qué los pájaros anidan? ¿Cómo elijen lugar para sus nidos las aves? ¿Hay un sitio mejor que el aire? ¿Es la superficie mejor que el infinito? ¿O es que el viaje libre es para el pájaro solitario, y el sitio seguro para los pájaros amantes?
¿Será todo al revés de como creemos? Son determinados espacios vacíos, invisibles a la vista del hombre, los que atraen a los pájaros, los llaman con insistencia magnética para que levanten en ellos sus nidos. Y luego son los nidos los que albergan a los pájaros amantes para finalmente, cansados y desunidos sus palitos, dejarlos ir, perderlos para siempre, sentirlos alejarse sin siquiera decir chau.

miércoles, 16 de octubre de 2013

Los motivos de viajar

El deseo de viajar nació de querer escapar. Escapar de todo lo malo, de los amores fracasados, de los intentos en vano, de los traumas, de lo irreparable del pasado.
Ahora no, ahora es otro el motivo. Ahora quiero viajar porque sé que hay mil destinos, mil personas, mil caminos esperando. Esperándome a mí, aguardando que yo vaya hasta ellos y sea yo, no otro, el que los vea, los palpe, los respire, duerma en ellos y tenga sueños siempre nuevos. Sé que me esperan y que están ansiosos por saber cómo van a filtrarse en lo que escribo, lo que dibujo, lo que cuento, lo que invento, lo que siento.

miércoles, 9 de octubre de 2013

Condición humana LXI

Si estuviste toda tu vida dando vueltas por esta ciudad que parece eterna, y si estuviste todo ese tiempo buscando dónde comprar una cosa, una cosa que necesitás más que nada en el mundo. Si después de haber entrado a infinidad de negocios y locales sin haber tenido suerte, un día encontrás de casualidad, en una vidriera, eso que necesitás. Está ahí, atrás del cristal. Y si cuando vas a entrar ves que en la puerta hay un cartel de cerrado... ¿no intentás entrar igual? Tal vez el cartel quedo mal puesto, ¿no vale la pena intentar? Y si encontrás que no, que está cerrado y no abre hasta dentro de muchas, muchas horas, ¿no golpeás y llamás? Quizás el dueño está por ahí haciendo otra cosa, tal vez no tiene problemas en atenderte igual. ¿Y no llamás y golpeás más fuerte si nadie acude en un principio? Puede que estén ahí, pero estén durmiendo. ¿Y no vale la pena intentar e intentar largo rato? Tal vez sean sordos, tal vez tengan la tele muy fuerte, tal vez sólo están en el baño y van a demorarse un poquitito más.

lunes, 30 de septiembre de 2013

Canta blanco

Y la luna canta pero no la escucho,
está tan lejos y alta que se pierde todo.
Es sólo murmullo de nostalgia y pena
con mucho testraño y arrullo pesado.

domingo, 29 de septiembre de 2013

Wasurenaide

Persona y aparato,
todo roto y funcionando.

sábado, 28 de septiembre de 2013

Vida cocodrilo

Desde que descubrí tu reportaje
y exploré tu blog personal;
desde que autografiaste esas dedicatorias,
desde que te etiqueté junto a mí en mi foto de perfil.
Desde que te leo y te sigo
cambió tanto dentro mío:
se derritió ese cinismo insoportable
y el pesimismo eterno.
Ahora brillo, positivo,
aunque no me guste lo que tenga
ni sea bueno el futuro,
ni crea que nada mejore,
ni que los esfuerzos sean recompensados.
Brillo y sonrío porque sé que lo bueno
es el fin en sí mismo y que la vida
es como un cocodrilo.

jueves, 26 de septiembre de 2013

No siempre vivo

No todos los días
puedo decir que encuentro vida.
Porque la alegría va migrando,
como nosotros, mientras tanto.

martes, 24 de septiembre de 2013

Dat frenz

Hacé lo que hacés, hacelo bien, que te sale bien, te sale muy bien. Con energías, hacelo hasta que no quede nada sin hacer, y seguí igual, siempre más.
Cuando quieras descansar, cuando quieras abandonar de verdad, cuando el mundo haya cambiado, yo voy a estar ahí, sin que necesites llamar, para hacerte compañía, descansar, dormir la vida, comer acostados en el pasto, planificar qué hacer de ahora en más.

viernes, 20 de septiembre de 2013

Sin tu máscara ritual

Hay algo que ríe en tu cara y no es tu sonrisa.
Algo que brilla y me lo comería.

Qweras

Todos esos "te amo" unilaterales, esos "te amo" sin respuesta, esos "te amo" con infinitos puntos suspensivos. Todos mienten, todos se ilusionan, todos presuponen. ¿Por qué es tan fácil el amor que va y no vuelve, y tan problemático el de ida y vuelta?
Nunca me vas a escuchar decirte "te amo". No sin tu consentimiento de poner el universo a prueba.

miércoles, 18 de septiembre de 2013

Amanecer tiene otro nombre

Amanecer tiene un nuevo significado para mí. Amanecer es ahora despertar buscándole sentido a las arrugas de tu remera de dormir contra la cama, como si fueran montañas y quebradas, dibujos de un mapa, cartas en blanco predestinadas. O significa despertar y encontrarte mirándome, sonriente, y sé que estás tratando de adivinar con qué soñaba. Con vos, te contestaría siempre, y sin ser cierto no contaría como mentira. O amanecer ahora significa, en fin de semana, despertar y escucharte cantar en la cocina. Preparás mi desayuno como me gusta (lo preparás mejor que nadie) y, cada vez, uno distinto para vos, para darme a probar un poquito. Sabés que me estanco fácil en lo que me gusta, y sin obligarme a cambiar eso me ofrecés siempre, no sólo en el desayuno, mil experiencias nuevas. Inventadas por vos. Sos tan buena compañía como cocinero, tan buen amante como compañero, tan alma gemela que siempre te quiero.

Como el sol atraviesa

Me encanta cómo el sol atraviesa
el verde más tierno de las hojas.
Los pinos están en sombra,
como mi sueño se olvida.
Ya una mariposa mañanera
revolotea sobre el retoño azahar.
Ya la luz horizontal
penetra en mi memoria:
no era sueño el que soñaba,
eran recuerdos que no me diste.

martes, 17 de septiembre de 2013

Vos ahí y yo allá

Vos estabas ahí y yo no.
Vos seguías ahí cuando yo llegué.
Permaneciste todavía mientras yo miraba alrededor.
No te quejaste cuando tropecé con vos.
Te pedí disculpas, me disculpaste.
Te invité a salir, y aceptaste.
Tomamos un helado y te dio frío.
Te mostré un bote, no subiste.
Te dije chau, lo mismo dijiste.
Y mientras me iba vi
que estabas en el mismo lugar donde te conocí.

domingo, 15 de septiembre de 2013

Barrilete atado

Dejamos de correr porque la fatiga nos rindió por completo, los dos a la vez. Caí de rodillas y él se mantuvo de pie, sostenido contra un árbol muerto. ¿Qué había pasado, qué fue lo que nos impulsó a correr? Cuando intenté recordar, con el corazón y la sangre todavía ensordeciéndome el pensamiento, volví a estremecerme de terror.
Pero lo cierto es que no recordaba nada. Sólo detalles, como esos gestos y objetos diminutos de un sueño que son lo único que permanece al despertar. La grava desparramada en el patio, el vidrio roto, el relámpago, el barrilete que, atado al limonero recién trasplantado, giraba y giraba como poseído.
Entendí todo un instante después que él. Entendí, en realidad, porque él empezó a reír, y enseguida lo seguí.

sábado, 14 de septiembre de 2013

Cosas que me definen

Este miedo a la soledad infinita, y la resolución de preferir la soledad a la compañía incompleta.
Esta inocencia salvaje e infantil que defiendo a ultranza, que es mi eslogan, mi medalla.
Esta determinación a creer en lo que dudo, más allá de si estoy equivocado, porque nadie ostenta una respuesta.
Esta entrega a medias al ayudar, porque si diera más lo daría todo sin guardarme nada, y no puedo.
Este querer irme, este viaje sin emprender, esta aventura que me anima.
Este ir superándome y enfrentándome paso a paso, miedo a miedo.
Este hacer de todo combustible para seguir, para avanzar, para mover, para mover.
Este escribir sin saber, este encontrar poesía casual, este decir te quiero sin final.

viernes, 13 de septiembre de 2013

Patria

Es un país donde millones de personas se sientan en las puertas de sus casas a pensar en nada, a hacer nada, a mirar nada, a aprender nada. Un país donde hay gente que lo da todo esperando cambiar todo, y es feliz cuando sabe que pudo cambiar una diminuta fracción del todo. Un país donde hay gente que no da ni un peso por otra gente, pero que de pronto, un día, conoce otra carne de esa gente que le era indiferente, y no sólo les da un peso, les da sus sueldos enteros, les da su sangre, su sudor, comparten sus lágrimas. Es un país que se mata a sí mismo, se cura sin enterarse y sangra mares sin importarle. Un país que pinta sus paredes con crueldad y mentira, y que esconde sus mejores retratos. Un país que todos entienden pero nadie termina de poder explicar. Un país que es persona.

jueves, 12 de septiembre de 2013

Cosita

El barco enamorado del océano
más navega cuando hay tormenta.
Si se hunde, va hasta el fondo,
¡llena al mar de besos!
Sube lento, reflota,
y sigue lejos.

miércoles, 11 de septiembre de 2013

Para atraparlas todas

Qué cosita chiquitita cayó del cielo.
¿Qué será para algo tan inmenso tan poquita cosita?
¿Será que ya sabía lo que caía?
¿Será que dio ya mil de estas cositas y ya no le queda nada?
 Pobre cielo que llovía. Nunca se vacía, siempre da algo más.

martes, 10 de septiembre de 2013

Komorebi

-Qué golosina más grande -comentó entre chupada y chupada-. ¿Cómo los harán?
Había una brisa africana que doraba las varas más largas del pasto y hacía bailar las manchas de luz bajo el duraznero.
-Deben hacerlas en una fábrica gigante -inventó, estirando los brazos hacia arriba, con languidez y pereza-, con máquinas gigantes que hacen así y así -y amasaba el azúcar imaginaria, yo apenas mantenía los párpados horizontales-. Después las pasan por una cinta laaaarga -Como hasta el bosquecito la imaginé de larga, hasta allá a lo lejos, al pie de la colina- y con cuchillos pesados van trozando. Chac, chac.
Me dormí al son del chac chac de su caramelo de azúcar grande. El canto triste y de fuerzas eternas de una tribu perdida en el mar evitó que mis sentidos se cerraran durante el sueño, y tuve una siesta de absoluta integración entre luz y mal, sombra y viento.

lunes, 9 de septiembre de 2013

Y no se ve

Siempre sobran las palabras, nunca alcanzan los minutos. Hay cositas en la cara que se escapan a las cámaras de seguridad. Si salgo del mundo y vuelvo a entrar, si corto un segundo a la mitad.
Falta luz, más luz, mucha luz. Veo de noche con la luna y veo con las estrellas pero al sol recto veo más y quiero más luz. Vamos a bailar, vamos sin zapatillas y con las medias colgando de las manos.
Suenan instrumentos pero no son notas lo que tocan, es puro sonido y libertad. Hay tantos senderos que me pierdo y me da igual. Sabemos que en el tiempo que nadie sabe vamos a llegar.

domingo, 8 de septiembre de 2013

Vida que corres

Hay muchas cosas feas que tengo que hacer igual.
Hay un millón de cosas lindas que quiero hacer, pero no dependen de mí, dependen de alguien más.
Hoy amanecí con mil gotas de lluvias colgadas de las ramas y las rejas y las nubes, brillando al sol.
Tengo esa sensación de que la vida se largó a correr, cuando todavía no estaba por empezar.

viernes, 6 de septiembre de 2013

Cartas bajo la cama

Era la última hora de la noche del último día de la semana. Cerré la puerta de entrada con la tranca de metal, apagué las luces y el hogar, conecté la alarma. Prendí el velador de mi mesita de luz y me metí bajo la cama, busqué al fondo la caja de cartón donde guardé tus cartas. Levanté la tapa y percibí un olorcito a semanas olvidadas, a las risas de tu caligrafía, a tus dibujitos al margen, a pasto en la ropa. Un viento llegó hasta mi cara, ahí bajo la cama, con la casa cerrada. Movió mi pelo como se movían las ramas del árbol donde colgamos nuestra ropa mojada, jugó con mis lágrimas como yo jugaba sobre tus pecas. Con cada papel que arrugaba se sentía la tormenta más cerca. Al fin de la madrugada fue un diluvio, un huracán, un maremoto, tus cartas, dirigidas a alguien más, en mi cajita de cartón.

Oti cati cati cati catá

En todo lo que hago hay un hueco.
En todo lo que veo hay una distancia.
En todo lo que escucho hay una pausa.
En todo lo que toco hay una lastimadura.
En todo lo que escribo algo tuyo falta.

jueves, 5 de septiembre de 2013

Fisonomías delatoras

Hay fisonomías que delatan. Y lo hacen a distintos niveles. Así como un policía puede detectar a un delincuente y un profesor saber cuáles son los alumnos que se copian, yo puedo diferenciar de un vistazo a aquellos que aman de aquellos que perdieron toda fe, a los que sueñan de los que sólo ven lo que ven.
Hoy reconocí a un hombre en el tren. El cráneo estaba endurecido por varias décadas de trabajo duro: debía trabajar en construcción, o logística, o de operario en alguna fábrica. Sin embargo los ojos, de color lavado pero nítidos, de pestañas delicadas como un plumero elegante, mostraban de lejos que su espíritu nunca había perdido ni un gramo de sensibilidad. Por la forma que miraba el cielo a través de la ventanilla y la cadencia de su mano derecha sobre la rodilla, supe que ese hombre amaba. Por cómo dejaba salir el aire de su boca, así como quien recién se levanta un día de escarcha), supe que amaba a una mujer desde hacía muchos años. Y por las grietas en la carne de las mejillas (rasuradas diariamente, llenas de cráteres y poros y agua mal lavada) supe que ese amor era desigual. Que ese hombre amaba a una mujer desde hacía mil lustros, y que esa mujer había elegido mal, había ignorado lo que le hacía bien, se había alejado sin pensarlo bien, y ahora sufría sin dejar que aquel hombre curara su dolor.

miércoles, 4 de septiembre de 2013

Tarareabas, yo cantaba

-El cielo despejado, ¿es húmedo -te pregunté, señalándolo- o es seco?
-Nanana, nanana -tarareaste.
-Dos animalitos que se cortejan en la época de apareamiento, ¿están nerviosos?
-Nanaaa, naaanana -fue tu respuesta.
-¿El universo tiene límites? -cuestioné, cerrando los párpados-. ¿O es como una cueva eterna, como las venas de un  mamífero?
-Oooh, ooouh. Na, na, nana, na, na.
-Dentro del campo cuántico de los posibles -continué, rozándote el hombro-, ¿podría yo agrandar tanto mi mano hasta ser capaz de atrapar al sol como a una luciérnaga?
-Parapa, pa, parapa, pa -no dejaste de tararear.
-Y dentro de las mismas posibilidades, ¿podría yo abrazarte tan pero tan fuerte que quisieras que no te suelte jamás?
-Nana, nana, nana, yeeaah... -Por un momento casi parecía que me contestabas. Suspiré.
-¿Sabías que te amo?
-Na, naná, nana, na, naná, nana, na, naná, nana naaa....

martes, 3 de septiembre de 2013

Random nightmare

Después de quince días de caminar como una persona perdida, llegué a un río de agua blanca que bajaba por la pendiente más suave de la montaña. El aire olía a cítrico y a aguja de pino, los pájaros y los insectos picaban a todo pulmón, alborozados por el calor del mediodía. Dejé que la corriente se llevara mi mochila y mi ropa y la suciedad que se había incorporado a mi piel. Desnudo fui río arriba, por la pendiente más suave de la montaña, hasta que la montaña se hizo pared, la tarde cayó a mis espaldas, los pajaritos e insectos se volvieron lobos y osos, el agua blanca no me dejó beber.

lunes, 2 de septiembre de 2013

TQ

Te quiero. No soy el único ni el primero, pero te quiero con algo más sólido que una emoción, algo más templado que el egoísmo del y quiero que me quieras. Te quiero y te necesito, pero no necesito que me quieras. Sólo quiero que necesites de mí y que el recuerdo de mi te quiero sea lo más grande que te di.

Barrio abandonado

Es uno como tantos otros barrios viejos de Capital. Tiene sus calles anchas y sus calles muy angostas, sus edificios no muy altos, de paredes dejadas, descoloridas, ajadas, rotas, sucias; sus autos antiguos estacionados uno al lado del otro, muchos con las ruedas desinfladas; sus muchos gatos mixtos observando desde todos lados, sus árboles pelados, sus plantitas en macetas deterioradas, sus banquitos en las veredas donde siempre hay algún anciano mirando afuera, sus persianas cerradas.
Era un barrio normal, de esos que poco a poco se van pareciendo a un cementerio. Pero aquella tarde que caminé por allá, el viento trajo algo raro: cajas vacías, rodando por las calles, de todos tamaños, envoltorios plásticos, cartones corrugados, bolsas arrugadas, cintas de embalaje despegadas, bolitas de telgopor. Inundaron todo, pasaron sin cesar durante media hora y poco a poco mermaron, pasaron de largo, murieron. No hubo nadie que me lo pudiera explicar.

jueves, 29 de agosto de 2013

Llegado el fin, hablemos

Llegué al lugar donde me había citado a la hora que me había indicado. Él ya estaba ahí, esperándome. Apenas me vio sonrió con esa media sonrisa triste y me abrazó como una ola a un peñasco. Su ropa olía a químicos, a suciedad y transpiración. Afuera del cuarto se oían las explosiones, las máquinas, el viento terrible. El polvo del techo caía continuamente sobre nuestros hombros y los objetos esparcidos por el piso.
-Gracias por venir -me dijo, y juntos nos acercamos a la ventana a ver el último eslabón del apocalipsis-. No queda mucho más tiempo, y necesitaba verte.
"Yo también", quise decirle, pero lo contuve. Sólo le apreté la mano con más fuerza.
-Queda menos de una hora -sentenció, y la forma dura de su mirada no me dejó dudas al respecto-. Y quiero que durante esta hora hablemos. Que me cuentes tus cosas. Todavía no es tarde -Me miró y vi algo infinito enmarcado en la barba desprolija de su cara-. Quiero que me cuentes algo que sea lindo, algo que sea feo, que me cuentes algo que para vos sea importante. Algo que nunca hayas terminado de entender.
Una onda expansiva blanca destrozó la ventana por la que mirábamos. Después de limpiarnos un poco la sangre, nos sentamos en un rincón alejado, como cuando elegíamos la mesa más aislada del bar al que entrábamos, y empecé a hablar como nunca lo había hecho en mi vida.

lunes, 26 de agosto de 2013

A y B

Hubo un tiempo para explicar lo que hacía
y hubo otro para buscar mariposas.
Hubo un tiempo para hacer mapas
y otro para ir pidiendo instrucciones.
Hubo un tiempo para dibujar árboles
y otro para contemplar vialácteas.
Hubo un tiempo para señalar a lo lejor
y otro para acercarse corriendo.
Hubo un día, no más, para tomar coraje.

Cayendo

Cuando tuve que saltar, corrí hacia el precipicio pensando en correr, no en que iba a saltar al vacío. Cuando estuve al borde del precipicio, salté pensando en que tenía que saltar, no en que después del salto iba a caer al vacío. Cuando caía por el vacío, pensé en que iba a tener que aterrizar, no en que estaba cayendo.

domingo, 25 de agosto de 2013

Una más

Perdí mi voz llamándote.
Peor. Olvidé la tuya .

viernes, 23 de agosto de 2013

Soñé con Hemingawy

Dormí la siesta y soñé que estaba con Hemingway, y que Hemingway era fotógrafo y que estábamos en su cabaña al lado del mar que era color celeste, y que estábamos con su cámara analógica, toda llena de arena y tierra de varias aventuras, los dos apoyados sobre la baranda de madera, que crujía porque el salitre la ponía gris y vieja, y apuntaba el objetivo hacia los hijos del protagonista de su novela (escribía y sacaba fotografías), que eran tres nenes con mayas cortas y mojadas que corrían por la playa y se revolcaban y se tiraban arena y reían con gozo y jugaban y jugaban y jugaban.
Y Hemingway se encorvaba sobre la cámara y enfocaba y sacaba una foto y enfocaba y encuadraba y sacaba otra foto y hacía mil pequeños y minúsculas modificaciones para capturar en cada instante las posiciones y los movimientos de los tres nenes jugando, y de alguna forma yo veía también por el visor y veíamos lo mismo, y estábamos los dos con la misma tensión en todo el cuerpo infinito: sentíamos cosquillas hasta en la yema de los dedos de los pies, la piel de gallina en las nalgas, el cuero cabelludo que picaba por la transpiración, la garganta seca, la respiración pesada porque hacía calor y la humedad tropical llegaba hasta las axilas, y la cámara con su profundidad de campo, el diafragma, la obturación, y los brazos en ángulos extraños de los hijos del protagonista de la novela, y la arena blanca y sus tonos sutiles, y el mar celeste que era gris porque la fotografía era en blanco y negro, y el sol, y la playa, y las nubes, y las risas a lo lejos, y todos mis músculos contraídos como si estuviera por sonar la campana del ring, y el clic, el shrrrggglac, clic, shrrrggglac, clic.

martes, 20 de agosto de 2013

El secreto de los colectiveros

Los colectiveros guardan un secreto, y es que ellos, desde el lugar en el que están, pueden escuchar todo lo que pasa en su colectivo. Todo. Desde la conversación telefónica del hombre del fondo (no sólo sus respuestas, sino también lo que dice la persona al otro lado de la línea) hasta los susurros en el oído de la parejita enamorada. Desde las monedas que ruedan entre las piernas en la frenada, hasta el pedo silencioso del gordo dormido. Desde el zumbido de la mosca que no encuentra la ventanilla abierta, hasta los pensamientos del acosador reprimido.
Sí. Los colectiveros también pueden escuchar nuestros pensamientos y maquinaciones mientras viajamos. ¿Creen que si chocan seguido es porque se distraen mirando culos, porque duermen poco, porque son hijos de puta? No. Es porque la gente común piensa cosas que dejan atónitos a la mayoría de los colectiveros. Por eso mismo hay choferes que renuncian a las pocas semanas, y otros adictos que se rehúsan a jubilarse.
Así que cuidado, ya saben, la próxima vez que se suban a un bondi, sean cuidadosos. Nada de lo que piensen podrá ser usado en su contra o a su favor, pero siempre habrá un colectivero, involuntario confesor, atento, silencioso, asechando y cobrando boletos.

lunes, 19 de agosto de 2013

Acción Poética Antropquía

No te pido nada que no quieras darme.
Yo espero tarde lo que tarde.

Una ciudad

Hay una ciudad en el que las miradas brillan y los sueños negros se olvidan. Donde la música siempre se baila, la respiración habla, los deseos hacen compañía. Donde el placer está en caminar descalzo y revolcarse afuera, beber todo, tocar el piano, leer un libro y quemar aviones. Una ciudad donde se cruzan el puente y el campo, la montaña y el mar, el arrecife de coral y el lago. Es una ciudad donde las personas cambian, las ambiciones cambian, las relaciones cambian, los corazones cambian, pero el amor intacto.

Estrellas comunes

Si supieras que sólo una estrella (una chiquita, una más del montón, siempre desapercibida) tiene la capacidad de hacerte feliz. Si supieras cuál es, dónde se encuentra, cómo se llama y cómo llegar hasta ella. Si supieras lo fácil y cálido y novedoso y veraniego y divertido y con olorcito a canela y suave y grandioso y sabroso y hermoso que sería todo con esa estrellita en la palma de tu mano.
Si lo supieras, sería lo mismo. Si no es la estrella que buscabas, no es la estrella que buscabas.

jueves, 15 de agosto de 2013

Sinceras disculpas

Perdón si flaquea mi espíritu. Soy tan solo un palo, y este es tanto mar.

Mil besos oportunos

Te voy a dar un beso en la frente para ser la válvula de escape de tus pensamientos. Te voy a dar otro en cada cachete, para conocer el sabor de tu llanto. ¿Vas contando? Ya son tres, pero van a ser mil... Otro en los labios, para sentir un escalofrío. Otro en la boca, para morir ahí. Te voy a dar un beso donde nace el cuello, que mantiene erguida esa cabecita loca. ¿Fuiste contando? Creo que van seis. Novecientos noventa y cuatro quedan, esos te los doy a elegir.

martes, 13 de agosto de 2013

En el mar

En el mar hay calamares que matan ballenas y peces deformes que se hacen luciérnagas, dinosaurios dormidos, barcos hundidos y un dragón de agua que devora mensajes de náufragos. Hay osamentas de unicornios y un pulpo elefante que cuenta historias sin fin. Gatos albinos, faraones podridos, estrellas sin rumbo, polvo de estrellas. Hay volcanes activos y cohetes explosivos y un secreto perdido que no quisiste oír.

viernes, 9 de agosto de 2013

Condición humana LX

Contar historias es casi lo que define al ser humano. Y al Arte, que define al ser humano. Cuando vemos una buena pintura o una buena escultura o un buen dibujo, podemos ver una historia contada en términos de una imagen. Cuando escuchamos una buena canción, escuchamos una historia. Historias a veces muy personales o totalmente universales (a esas las llamamos sentimientos, emociones). Cuando vemos una buena obra de teatro, estamos viendo una historia contada a través de personajes. Cuando vemos una buena película, estamos viendo una historia contada con sucesiones de imágenes, con sus personajes, con sus canciones. Y cuando leemos buena literatura, en realidad, estamos viendo una historia en términos de imaginación.

jueves, 8 de agosto de 2013

Eso es poesía

Dotar a cada palabra con su máxima expresión.
Fulminar al resto.
Decirlo todo como si fuera la primera vez que es dicho.
Corrección: decirlo todo por primera vez.

martes, 6 de agosto de 2013

¡Sonrisa!

Hoy
dos mariposas hicieron el amor.
Hoy
un nene metió su primer gol.
Hoy
una sonrisa se contagió
de árbol a árbol,
de nube a nube,
de tu cara al sol.
Hoy
te dije que te quería.
Hoy
oí frenar tu respiración.

Burbujas en la cocina

Generalmente me lavo las manos con agua y jabón. Del clásico, nada de jabón líquido. Mucho menos con detergente. Pero bueno, debido a diversas circunstancias, ayer tuve que hacerlo; y al agarrar el detergente de la cocina sin querer lo apreté un poco de más, y una docena de burbujitas salieron volando sobre la mesada. ¡Qué alegría! Inmediatamente cerré el agua y me puse a jugar, sacudiendo las manos para modificarles su curso, para llevarlas de un lado a otro, para divertirme. Entonces me di cuenta que sigo haciendo las mismas cosas de cuando tenía seis años.
Pero cuando la última burbujita desapareció al tocar el suelo y me decidí a dejar de perder tiempo y lavarme las manos, pensé que algunas cosas sí habían cambiado. Antes me entristecía con la muerte de cada burbuja. Hoy... hoy no tanto.

domingo, 4 de agosto de 2013

Olor de la mañana

Me despertó el olor de la persiana cerrada y caliente por el sol. Recordarás la fuerza del sol a la mañana y cómo teníamos que ir a dormir al comedor cuando ya no se aguantaba. Estuve por hacer eso mismo pero me faltaron ganas. Me quedé bocarriba, destapado, sin almohada, mirando las manchas de luz en el techo. Los pájaros piaban entre las sombras de las ramas y se escuchaba en la planta baja la música del inquilino. El olor a pintura vieja recalentada era sutilmente intenso. Se mezclaba con la lavanda seca que quedó en tu placard vacío y con el barro que quedó en mis mocasines. ¿Anoche había llovido? Sí, un chaparrón minúsculo, caído sólo para levantar vapor de la tierra y embarrarme los pantalones. Eran esos claros que me había regalado tu abuela. ¿Qué andará haciendo ella ahora? ¿Cómo me recomendaría sacarles el barro para no arruinar la tela? Tuve un segundo intento de bajar al comedor y seguir durmiendo, pero en vez de eso me senté en la cama (empezaba a transpirar), abrí del todo la persiana y me volví a acostar. El sol entró como un tren directamente sobre mí y me crucificó donde me desplomé. Ya me encontrará acá el inquilino, pensé, cerrando los ojos para no quedar ciego. Ya alguien me encontraría, tendido, tieso, donde me habías dejado.

Circunstancias

Porque sería tu señor esposo si quisieras casarte, y sería tu amante si estuvieras ya casada, sería tu novio de colegio toda la vida, sería tu fuga de casa cada madrugada.

sábado, 3 de agosto de 2013

Intranquila alma mía

Alma mía, jamás tendrás tranquilidad,
y no podrías pedir nada mejor.
Jamás cumplirás tus deseos,
así jamás dejarás de desear.
Jamás tendrás un alma gemela,
así jamás seleccionarás al amar.
Jamás verás tus sueños,
así ni despierto dejarás de soñar.
Nunca tendrás motivos para sonreír,
para que nunca nada pueda borrar tu sonrisa.

jueves, 1 de agosto de 2013

31

Soñé que estaba en la compañía infinita de tu cuerpo,
en la presencia inagotable de tus pensamientos.

martes, 30 de julio de 2013

Quisiera haber viajado

Los viejos del barrio ya murieron todos. Hoy camino por las calles donde transcurrió toda mi vida y casi no quedan rostros a quienes saludar y ante los cuales detenerse para comentar el estado de las cosas. Recientemente algunas personas más jóvenes (los hijos, nietos, sobrinos de aquellos viejos del barrio que ya fallecieron) son los que me saludan a mí y me llaman "don". Pero yo no les devuelvo el saludo porque me cuesta reconocerlos, los recuerdo de chiquitos, y crecieron tanto... Me da vergüenza la idea de confundir sus nombres.
El barrio cambió mucho. No sólo murieron todos los viejos vecinos, sino que lotearon las quintas y los terrenos baldíos y está todo construido, ladrillo, viga, cemento. Donde estaba el vivero pusieron un edificio de departamentos con cochera subterránea y dicen que tiene pileta en la terraza. No la vi, me contaron. Qué absurdo, ya los quiero ver cuando empiecen con filtraciones. Y allá donde estaba ese terreno lleno de cañas y hiedras, hay un galpón gigante, siempre gente entrando y saliendo, camiones, camionetas, coches. Pensar que nos pasábamos el día entero correteando entre las cañas sin escuchar más que pajaritos y chicharras... De las cañas, no queda ni una. Nada.
Estuve toda mi vida en este barrio, le comentaba el domingo a doña Clara (ella sí es "doña", ella fue siempre "doña" Clara). Nunca me fui muy lejos, ni por mucho tiempo. Nunca me agradó la idea de estar en un lugar que no conocía. Qué tristeza la mía cuando comprendí que el barrio que conocí ya no es lo yo sabía.

lunes, 29 de julio de 2013

Jugo puro de limón

-¿Por qué tan preocupáu chamigo? ¿Quí li anda pasandu?
-Todo -respondió escupiendo tierra.
-Ma tranquilicesé miamigu -sonrió desde la sombra del limonero-, si la vida li da limone, haga limona'a.
-Pasa que cada vez que la vida me dio limones -contestó, pateando piedras camino adelante-, me sacó a cambio el agua potable. ¡Mierda de limonada se hace sin agua, andá a chuparte un limón!

domingo, 28 de julio de 2013

Metáforas perfectas

Hoy fue un día de mucho mal humor hasta hace una hora. Déjenme contarles por qué ya no.
Estaba de mal humor, como ya les dije, y decidí descargar energías cortando el pasto. Fui hasta lo de un vecino viudo que ya no puede encargarse de su propio jardín y me puse a trabajar, usando su máquina vieja y poderosa. Mi mal humor se acrecentaba cada vez que su perrito, ansioso, se enredaba con el cable en sus intentos de atraer mi atención.
En un momento de imprudencia mi pie resbaló sobre la máquina y fue a parar abajo de las cuchillas. Sentí un golpe rápido en la punta del pie, sobre los dedos más chicos, y fue como si el tobillo se convirtiera en una hélice mientras salía despedida hacia atrás. El dolor subió hasta la rodilla y apenas tuve tiempo de apagar la máquina antes de caer sentado.
Ok, mantuve la serenidad. Pasado el primer dolor agudo, ahora no lo sentía tan grave. Vi la zapatilla con la lona rajada de punta a punta. ¿Se veía sangre? No. ¿Sentía el pie húmedo? No, tampoco. No me había cortado ningún dedo. ¿Los podía mover bien? Sí, parecía que sí. Con cuidado me saqué la zapatilla y vi que la media estaba sana. Eso me alivió enormemente. Saqué también la media y vi que los dedos estaban ilesos. Un poco rojos, nada más.
Enseguida escuché un jaleo y el perrito de mi vecino se me vino encima para que le jugara, a lo que respondí, en el colmo de mi mal humor, con un empujón violento. El perrito se quedó atrás, mirándome, sin entender. Y ahí fui yo el que entendió. ¿Cuándo había jugado con una persona por última vez ese infeliz animal?
Me puse la media y la zapatilla, me incorporé y me puse a jugar con él. Durante diez minutos, en los que gasté más energía que en dos horas de cortar el pasto, fui todo lo que el perrito quiso, lo corrí, le chumbé, le tiré palitos, nos revolcamos juntos, me dejé arañar por sus uñas largas, me dejé lamer toda la cara, lo acaricié hasta que se calmó.
Qué parecidos somos vos y yo perrito, pensé mientras seguía cortando el pasto. Qué metáfora perfecta nos regala la vida.

viernes, 26 de julio de 2013

Luces apagadas

-Si apagáramos las luces...
-¿Sí?
-Y pudieras convertirte en lo que quisieras, pero serlo sólo mientras está totalmente oscuro...
-¿Serlo de verdad?
-Sí. Real. Pero nadie lo puede ver.
-Entiendo...
-A ver, apagá las luces. Vamos a jugarlo.
-Listo. ¿Entonces?
-Ahora, en este momento, si pudieras ser cualquier cosa. ¿Qué elegirías?
-¿Y sería real real?
-Sí, claro.
-O sea, a ver si entiendo. Si deseo ser una reina, ¿tendría una tiara de oro y un cetro y un lacayo masajeándome los pies?
-Exacto. Pero yo jamás vería la corona ni nada de eso, porque apenas prendamos las luces, todo desaparecería.
-Claro... Mmm... Esto da qué pensar. Elegiría saber tocar todos los instrumentos mejor que nadie, porque no hace falta ver para disfrutar la música.
-¡Interesante!
-¿Y vos?
-Elegiría ser tu amante.
-Voy a prender las luces.

jueves, 25 de julio de 2013

Juego sin cobardes

Parece un juego divertido,
pero nunca me explicaron las reglas,
nunca fui elegido,
nunca nadie quiso jugar conmigo.
Siempre miré desde afuera,
siempre esperando el momento,
siempre en la ansiedad,
nunca pude estar contento.
Pero hoy vi que nadie jugaba
en realidad, como yo creía,
todo el mundo inventaba,
y yo, cobarde, me lo perdía.

Nunca nunca una palabra en vano

Escribió toda su vida en secreto, esperando tener suficiente genio para cambiar el mundo con cada una de sus palabras. Pero al final nunca dijo nada.
Yo sólo escribo para aliviar el dolor de la risa en la cara.

miércoles, 24 de julio de 2013

La hormiga y la flor

Una vez una hormiga
se enamoró de una flor.
Y quiso mostrarle su amor
dándole cosas lindas.
Le llevó luz, miel, risas, café,
avellanas, cosquillas, noches, aire.
La flor le agradeció
dejando caer un pétalo.
Y así
a la hormiga besó.

Mi flor del balcón

Llevé una maceta al balcón. La llené con llaves viejas y en el medio planté un corchito de vino que me regaló un ciruja feliz. La regué durante años con el primer pis del amanecer y con el último bostezo de la madrugada. Todos me desalentaban, decían que no servía de nada. Pero mirá vos, miralo vos ahora, digo yo, si vieras mi maceta en el balcón, toda herrumbre y una flor, como un origami que fue vino, que huele a historias, que me emborracha el corazón.

martes, 23 de julio de 2013

Bomba de tiempo

¿Sentirá todos como siento yo esta música? No es sólo ritmo, no es sólo cadencia, no es sólo vibración. Es saltar y mover el suelo, tocarse el pecho que es un tambor, sentir que el aire entre los dedos temblando de la emoción, cerrar los ojos y volar la cabeza atrás, dejarlo que entre todo, dejarlo exhalar. Es la espontaneidad africana ante el parche tenso, es la vuelta en el cielo del flamenco español, es el esquema brinco oriental y el trance chamán del sol. Es el alma que transpira sus penas, es el corazón que vacía sus agendas, es el cuerpo que purga todo el mal.

domingo, 21 de julio de 2013

Huracán vs. edificio

Dijiste "qué edificio más ridículo" y empezaste a derretirme el material aislante, ensanchaste todas mis fugas, atoraste los ascensores de servicio, me inundaste el subsuelo, enredaste los cables de la terraza y cortaste todos los suministros durante la madrugada. ¿Por qué te manifestaste así? ¿Cómo esperás que funcione ahora? ¿Qué va a decir de mí, y de vos, el resto de la ciudad...? ¿Qué te importa lo que opine esta ciudad, si ya te estás alejando tempestuosa e irreversible? ¿Qué me importa a mí, si ya te estás alejando, tempestuosa e irreversible?

sábado, 20 de julio de 2013

Overly attached

Te admiro y te respeto y te envidio sanamente y me caés muy bien como persona y te amo y te ofrecería todo lo que soy porque te adoro y me provocás la más fina ternura y te creo porque sos geniuna y te sigo porque sos mi guía y ahora te corro porque te asustaron mis palabras y grito fuerte que te quiero que te quiero que te quiero que te quiero y porque así ya no habrá otra salida.

viernes, 19 de julio de 2013

Lejos y sin paraguas

Se fue sin mochila, sin piyamas,
sin paraguas, sin bloqueador para el sol,
sin arrugas, sin remiendos
sin sonrisas, sin decir chau.
Dijo que se alejaba por ambos,
para ver qué tan lejos llegaba a buscarlo
el recuerdo de mi voz.

Ituzaingó por autopista

La ciudad se mueve. Parpadea. La noche llega sin papeles. Un amor negro corre por el cordón de la vereda, un humo tímido quiere cantarle al balcón de la medianoche. Pedacitos de un suspiro se desparramaron tras las cortinas.

jueves, 18 de julio de 2013

Caroline

Hace tanto calor adentro
que las ventanas se empañaron.
Hubo tanto viento anoche
que las cortinas volaron.
Mis manos no son suficientes
para retener tus sueños.
Por eso vuela, vuela, sigue
lejos de mí y de quien quiera anclarte.
Pero vuelve a comer, a dormir,
a contarme historias,
a decirme bajito
que hace viento afuera y calor adentro.

miércoles, 17 de julio de 2013

Encontrarte la verdad

Prefiero ir conociéndote por las uñas, poco a poco, una a una, antes que tenerte por entero y ser incapaz de encontrarte una verdad. ¿Qué problema hay en detenerme a recorrer cada uno de tus nudillos, tus muñecas tan angostas, el bello del antebrazo y la vena que se transluce bajo la piel? No va a ser tiempo perdido, ni va a ser un camino largo. Seremos pura expectativa, seremos simbiosis, seremos exploradores infinitos de la infinita agonía de Zenón, seremos nubes acariciando el mar, seremos el delicado orgasmo de una flor, seremos un llanto de rocío que se resiste a ser vapor.

martes, 16 de julio de 2013

Amor que desaparece no muere

Me explicó que el amor a veces muere, y otras veces sólo desaparece. Me contó que el duelo por una muerte se elabora desde la realidad de una ausencia, pero el duelo de una desaparición se elabora una y otra vez desde una infinita gama de posibilidades. No otorga paz. Entonces me enseñó, con manos gentiles y violentas, a asesinar a ese amor que ya no se podía encontrar: a darle un rostro y una consistencia para poder apuñalarlo en el cuello y morder sus entrañas. Me mostró cómo hacerlo y después, sonriendo, me obligó a hacer lo mismo.

Camino por la casa

Conozco tan bien esta casa que, con los ojos cerrados y los brazos estirados, camino y voy sintiendo, en la punta de los dedos, el florero y las cortinas, el metal de la baranda, la cornisa, la puntita del alero, el humo que dejaste muerto en el cenicero. La recuerdo tan bien que me deslizo sin mirar escalerabajo y me detengo en el agujero donde antes guardabas tu paraguas, donde colgaba tu tapado carmín, donde preparabas tus palabras de cariño hacia mí. Camino hasta el buzón, lo ausculto y sé sin abrirlo que sigue vacío.

lunes, 15 de julio de 2013

Momia lentamente

En el Antiguo Egipto esperaban a que murieras para momificarte. Hoy no. Hoy arranca la momificación apenas nacés, te operan sin que te des cuenta, te vendan, te insensibilizan pedacito a pedacito. Un día notás que ya te agarraron las rodillas, y no tenés ganas de salir a correr. Después sentís algo que te atrapó los pulmones, o las venas, o la visión, el olfato, la memoria. Y son vendajes, es que te estás volviendo una momia sin siquiera envejecer. Pero mientras no te momifiquen la voluntad no es tarde, siempre se pueden cortar las vendas, roer el encierro, revivir.

domingo, 14 de julio de 2013

No se puede no reír con tu risa

No se puede evitar un silencio ante tu cuerpo.
No hay forma de resistirse a tu falda corta.
No es posible desviar la mirada de tus ojos delineados.
No hay manera de abandonar tus conversaciones.
No existe forma de olvidar tu risa.

sábado, 13 de julio de 2013

Crecer para sonreír

Existe un lugar especial para los colectiveros que, aunque tengan el bondi casi vacío, te ven pero no te frenan porque ya venían con envión.
También existe una indulgencia especial para los que saben que estás pagando de menos en el boleto, pero no te dicen nada.
No sé si ahorro tiempo y agua lavándome los dientes en la ducha, pero de alguna forma se siente muy bien.
El agua se pega contra cada piedra, se separa y vuelve a encontrarse, lucha, cae, tropieza y desgarra para poder respirar y purificarse, llegar a la calma y la transparencia. Pero sabe que si no quiere pudrirse, deberá buscar pelea. Y pronto.
Antes quería crecer para ser interesante. Después quise ser bueno. Ahora sólo quiero madurar para reír.

viernes, 12 de julio de 2013

Bañadera de sueños

Hay un hombre a quien admiro. Es un hombre que se libró de sueños. Una noche en que la tristeza de toda su vida se concentró en su cabeza, decidió ahogar sus sueños en la bañadera. Los mató, los vio desintegrarse, hundirse, poco a poco desaparecer por las cañerías.
Hoy ese hombre sonríe cada día. Tiene el alma vacía, pero la recuerda cuando estaba llena, y se contenta con pensar que tal vez, con una llovizna, todo vuelva a valer la pena.

jueves, 11 de julio de 2013

Sus tribunales

El silencio y la duda me encadenaron cada músculo y cada hueso. El juez estaba allí, atrás de una cortina de luz fría, pero era su secretaria quien me provocaba ese pánico sordo. Ella, su libreta con papeles, sus zapatos brillantes con tacos altos, su cintura angosta y el pañuelo rojo al cuello. Ella y el pliegue pronunciado bajo la axila derecha, que acompañaba la cadencia de su postura desdeñosa y ayudaba a demarcar sus enormes tetas escondidas bajo la ropa. Ella, su pelo en un rodete que dejaba escapar un mechón oscuro, los ojos delineados con negro, los dedos sin anillos.
Alzó una ceja, esperando, a través de la duda y el silencio, mi respuesta. El juez, allí atrás, sin rostro y jugando con un dedo índice sobre el martillo metálico, parecía adivinar mis pensamientos. La sala, en completa oscuridad a mis espaldas, iba y venía en un murmullo nervioso.
-¿No piensa responder? -me preguntó la secretaria del juez.
-Sí. Yo la amo.
No hubo más silencio, ni dudas. El martillo del juez golpeó setenta veces y fui encontrado culpable.

martes, 9 de julio de 2013

Los besos no se roban

Los besos no se roban, porque el ladrón nunca merece lo que obtiene.
Los besos tampoco se merecen: no son pagas ni son premios ni recompensas.
Los besos se regalan, y se los deja ir enseguida.
No se guardan ni te atesoran, se devuelven para así pedir otro y otro y otro, siempre con la boca vacía, sin recuerdos, sin memorias, sin más besos que un presente.

domingo, 7 de julio de 2013

Diálogo

-El año pasado puse el plantín en tierra. Habrá crecido bastante.
-Es un árbol de crecimiento lento.
-Pero el la tierra era muy fértil. Seguro creció fuerte y sobrevivió el invierno.
-¿Es ese de ahí?
-Sí. Vamos a medirlo.
-¡Cuidado! ¡Ahí, un panal! ¿Lo ves?
-¡Ah, sí! ¡Qué grande es!
-...
-Mirá todas esas abejas...
-La naturaleza impresiona, ¿no creés?
-¿Por qué lo decís?
-Existe un acuerdo tácito en todo. Todos hacen lo estipulado. Nadie es egoísta... Todos colaboran a su modo con la misma naturaleza. Está el que lleva la voluntad de cambio y también el que le sirve de apoyo, e incluso está el que se resiste, muere y fertiliza el mundo.
-Si las sociedades nuestras fueran así...
-Se están alejando. Algo las alejó del panal.
-Aprovechemos a medirlo.

sábado, 6 de julio de 2013

Esperanza del mal final

Iba caminando por la calle cuando vi una cotorra aplastada por la rueda de un auto. Era la primera vez que veía una cotorra en esa situación. Sí palomas, horneros, zorzales, pero nunca una cotorra. El verde de las plumas destacaba mucho contra el triperío marrón y el asfalto violeta y pesado.
Subí a la vereda y me encontré con una rama de poda que obstruía el camino. A patadas furibundas la devolví al motón de ramas, despejé la vereda. Si mi abuela pasara por ahí, esquivando los cráteres del embaldosado, y se encontraba con esa rama, se caía de culo al querer esquivarla, sin lugar a dudas.
Metí las manos en los bolsillos, no sin antes ver esas cicatrices que no sé cómo me las hice, y la suciedad de las uñas. Era barro hecho con el polvo de una casa vieja y las gotitas de la bruma matinal.
Pensé: ¿de qué sirve la esperanza estoica? ¿La esperanza demente que se sabe que conduce a un mal final? Y no supe responderme. ¿Dónde estaría, sino, sin esa última esperanza? Como tampoco supe responderme, dejé de reprocharle a la esperanza vana y le agradecí por todo, girando en la esquina de mi cuadra.

viernes, 5 de julio de 2013

Marionetas del amor

Pobre Pinocho. Un día se enamoró y sintió algo extraño por adentro. Pensó que eran termitas, gusanos, polillas. Se bañó en insecticidas y buscó en vano el orificio por donde el bichito se había metido. No lo encontró. No sabía por dónde se le filtraba el amor. Hasta que un día visitó al Hada Madrina y ella se le rió, le dijo que no fuera tonto, que ya no era marioneta, que era amor, que era lindo, que se alegrara, que besara. Pobre Pinocho, pensó, será humano pero todavía es un títere del amor.

jueves, 4 de julio de 2013

Por eso repito tu nombre

Nunca supe mentir.
No sé decir cosas falsas.
Por eso repito tu nombre
cuando las horas se hacen largas.

miércoles, 3 de julio de 2013

Líneas blancas

Íbamos camino al sur. Fue este verano. La ruta estaba vacía, el espacio era tan infinito que daba rabia tener que ir en línea recta. De pronto la duda: ¿cuánto creés que medirán las rayas blancas del medio?, pregunté. Un metro, aventuró. Dos. Hubo un silencio que, por la velocidad a la que íbamos, pudo ser eterno. ¿Vos qué creés?, me preguntó. Justo en ese momento pasamos al lado de un zorro aplastado. A ver: frená, le dije.   Y frenó y nos bajamos en medio de esa ruta en un espacio infinito, en un camino vacío, a medir las eternas rayas blancas, centímetro a centímetro.

martes, 2 de julio de 2013

Little stalker

Hay infinitas cosas que ignoro, pero sólo pocas que no sé. No sé cuál es tu hora preferida del día ni por qué odiás a las mariposas, no sé cuál era ese apodo que te traumó ni qué contestarte cuando te callás antes de terminar de hablar. No sé por qué preferís el pochoclo salado, no sé por qué das vueltas por la casa en la madrugada, no sé con quién hablabas el otro día, no sé qué leíste en las noticias, no sé qué viste en aquel oficinista que salía del banco, y todavía, por más que intento, no sé cómo dejar de seguirte.

lunes, 1 de julio de 2013

Volverse tonto

Las pecas de tu hombro derecho y el tramado de las calzas sobre tus muslos. El rulo de hilo sisal donde colgás tu manopla de cocina y el canto del zorzal en el alero del balcón. Esa risa tuya tan liviana como un diente de león y el hueco que queda en el sofá donde tomamos desayunos. Los recuerdos de tu infancia y los proyectos a futuro. Las tostadas con miel, el bizcochuelo recién hecho, el ruido de tu pulso, la piel de gallina al viento.

domingo, 30 de junio de 2013

Condición Humana LIX

Hay muchas formas en que dos personas pueden hacer castillos de naipes. Pueden colaborar entre ambos, juntar carta con carta hombro a hombro hasta coronarse reyes de su creación. Pero también a veces es uno sólo el que planta las bases, arma andamios, alza columnas y arquerías. Sin embargo para la última torre, la más alta del castillo, necesita la ayuda de la otra persona: sus manos tiemblan tanto que es la otra persona, si acepta el desafío, la que tiene que sujetarlo con suavidad por las muñecas y, juntos, colocar los últimos dos naipes.

martes, 18 de junio de 2013

Sílabas malas

Quería decirte muchas cosas lindas
pero sólo pude decir sílabas tontas:
"que vos, y eh, y yo, vos sos...
yo por vos, o yo con vos, ¿no?
ya, sin más, los dos, vos y yo... vos y yo..."
Reíste como si entendieras
lo que en realidad había querido decirte.
"Sos un sol", dijiste.

martes, 11 de junio de 2013

La isla donde llegan los perdidos

Llegamos a la isla donde llegan
todos los perdidos.
Unos llegan disfrazados de lo que fueron,
otros desnudos, otros vestidos
con los harapos del mundo.
Unos llegan muertos, unos dormidos,
unos tan callados
como un delirio en un pozo.
La isla es un cúmulo de objetos,
basural de recuerdos indegradables
artefactos y huesos y algas y barcos.
Nos encontramos en esta isla
y apretamos nuestras manos.
A vos te trajo la marea,
una tormenta vieja,
yo llegué nadando.

Mi supraconciencia

No a todo el mundo se le despierta esa supraconciencia. Y a los que se les despierta, nunca más se les duerme. Es como ser consciente de que uno está vivo, sólo que a un nivel más universal, más vivo. Tal vez a esta supraconciencia se refería Nietzsche cuando hablaba del superhombre, o tal vez no, pero que los grandes pensadores, los grandes artistas y músicos, los grandes científicos como Einstein y Da Vinci, tuvieron esta supraconciencia muy activa, no cabe duda.
No sé qué la desencadena ni si hay un rango de edades para que surja. Yo sospecho que no, que algunos la tienen desde la tierna infancia, y otros, quizás más afortunados, ya en la vejez. A mí me llegó de repente, una noche. Estaba secando los platos mientras mi marido hablaba por teléfono. Y fui consciente (supraconciente), en un instante, del silencio que me obligaba a mantener con tal de no perturbar la conversación telefónica de mi esposo. Un silencio de carne y huesos conteniendo aire, de repasador húmedo presionando la loza blanca, de suela de mocasines rozando el polvo de las baldosas, de parpadeos distanciados, de fosas nasales dilatadas.
El resto, la compresión del universo, la física matemática de lo que nos rodea, los infinitos ciclos históricos, la profunda desesperación y alegría humana, el dialecto de los animales, fue llegando de a poco, después de esa noche.

lunes, 10 de junio de 2013

Ratoncita

Una nena con pañuelo rojo en el pelo me persiguió en los sueños y saltó desde mis oídos sobre la almohada, cuando desperté. Pulgarcita, Ratoncita, la llamé, reconoció su nombre y salió de su cueva entre los pliegues de la funda arrugada. Trepó a mi palma y la miré con el primer rayo de sol que pasó por la persiana: era chiquita y rosada, tenía un pañuelo sobre el pelo rubio, ojos negros y sandalias verdes. Le pregunté qué quería. Me dijo que nada. ¿Qué buscaba? Sus pijamas. Le pregunté cómo había escapado de esos sueños, me sonrió, se acurrucó bajo el pulgar y me pidió que no la despertara.

martes, 4 de junio de 2013

UkuUke

Sos mi pequeña artesana de alegrías, una little smile-maker, bebita dormida enfundada que despierta con la boca abierta. No te importa que te cante mal ni que olvide las canciones, unas cosquillas es suficiente para que vos seas feliz, yo sea feliz, vos seas feliz porque me hacés feliz y te hago feliz. Sos tan fácil, te dejás tocar tan bien, sos mi putita enamorada y nos necesitamos uno al otro como un cardo a otro cardo. Siempre estás ahí para mí, después de un día ocupado o un día vacío, te encuentro dormida, te despierto, empezamos con caricias y besos y aullidos y derrochamos los abrazos, me hacés entrar en calor, caemos al ritmo mientras me distraigo con la compu, pero te sigo acariciando, te hago cosquillas en una nota, en otra. Antes de guardarte, te miro con cariño, parecés bostezar. Te meto en la funda con cierre, te dejo en tu lugarcito. Ukulele querido, sos la mejor música que podía soñar.

jueves, 2 de mayo de 2013

Cartas en juego

Que juegues porque me decís que te gusta el juego, no me atrae. Que juegues porque tenés el impulso de jugar, tampoco. Pero me gustaría que juegues porque, aunque las cartas sean malas, o aunque sean buenas y yo las juegue mal, te guste el reto del oponente contra el que jugás.

miércoles, 24 de abril de 2013

Búsqueda del día

Busco una novia. Por una semana. En siete días emprendo un viaje y necesito una novia apasionada, amable, inteligente, alocada, tierna, desubicada y sincera que me ame durante esta semana. Soy un viajero que se va a ir sin dudar pero que no se quiere ir sin nada. Soy un viajero que busca una novia por una semana para amarla como ya nadie se ama, y marcharse y extrañarla mientras recorre tierras lejanas y recordar los siete días las siete noches pasadas, y tener qué pensar sobre su vida y sus llantos y su almohada mojada. Busco una novia que me quiera de verdad por una semana y que afirme que pueda olvidarme cuando me vaya, pero que sepa sembrar la duda en mi alma, la duda que me desgarre y me obligue a ir más lejos que nadie mientras mi corazón pida a gritos volver, volver, volver a su cara, sus manos, su lengua, su cuerpo, su mirada y su aliento y una y otra y otra vez volver a sus últimas palabras.

Requisitos: sexo femenino (excluyente), entre 18 y 26 años (excluyente), residencia en Zona Norte, experiencia comprobable de tres años en puesto similar (excluyente), idiomas inglés y francés fluido (preferible). Interesadas enviar CV actualizado con foto por e-mail a dedraco@hotmail.com dentro de las veinticuatro horas. Salario a convenir. Publicación válida desde el 25/04/2014 a las 00.00 horas hasta el 26/04/2014 a las 00.00 horas. No serán tenidas en cuenta todas aquellas candidatas que tengan flequillo stone y/o amputaciones de más del 60% del cuerpo.

domingo, 14 de abril de 2013

De cuando dejé al mendigo

Pasó la revolución y aproveché para conseguir un empleo. No volví a ver al mendigo por varios meses. Cuando finalmente me lo crucé, una mañana fría, lo vi igual que de costumbre, solo, como lo había estado toda su vida hasta que un día me senté a su lado. Me acerqué a saludarlo con un café extra de regalo.
-Lo que da tristeza no es la soledad -fueron sus únicas palabras-, sino recordar que antes no se estuvo así de solo.
Esperé a ver que el café le calentaba las manos y me fui a trabajar, tarareando.

jueves, 11 de abril de 2013

Wenttopee,gottapoo

Cuando fuimos por la piedra, nos quedamos en la montaña. Cuando fuimos por agua, nos hicimos a la mar. Cuando clavamos al lagarto con un palito, después peleamos contra el dragón. Cuando cortamos la flor, terminamos plantando bosques. Cuando fuimos por un beso, quisimos el corazón.

domingo, 7 de abril de 2013

Comezonez

Iba sentado atrás de todo, del lado donde el sol traspasaba la suciedad de las ventanillas tiñendo el interior del colectivo con un dorado lechoso de contornos borrosos. Mil partículas en el aire, del tamaño de átomos, de arañitas, de panaderos o de lágrimas flotaban en el vaivén del colectivo, creaban mil profundidades distintas, desde las cabezas que tenía más cerca hasta las personas lejanas que se sentaban detrás del colectivero. Y el motor sonaba tan fuerte y parejo que parecía que íbamos en absoluto silencio, y era perfectamente posible imaginar y asignar sonidos nítidos a cada roce de ropas, a los murmullos de las conversaciones, a los pies que rascaban el suelo de goma.
Existe un tipo de comezón nerviosa. A uno le pica un punto determinado en su piel, y se rasca, pero al hacerlo la picazón se corre unos centímetros, volvemos a rascar y se vuelve a desplazar, a veces hasta al miembro contrario del cuerpo. Eso me pasó cuando viajaba en ese colectivo: me picó alrededor de la mano, subió hasta la muñeca, después de repente me picaba una mejilla, y al rascarme allí desapareció.
O eso creí hasta que, un segundo después, vi que la chica que iba dos asientos adelante de mí, suavemente levantaba su mano y se rascaba su mejilla. Su acompañante, acto seguido, se rascó despreocupadamente el borde del cuello con la mandíbula. El hombre barbudo que estaba cruzando el pasillo se rascó con cinco uñas en el cuello, levantando la pera, como si fuera a ronronear. Y así pude ver, paso a paso, persona a persona, el recorrido que el comezón fue trazando dentro del colectivo, desde mi propia piel hasta que, finalmente, se apoderó del colectivero, que se rascaba la brillante pelada. Él se la pegó al pasajero que le pidió descender por adelante, y junto con ese hombre de traje que se rascó la pantorrilla antes de descender, la comezón, finalmente, nos dejó.


Escucho las conversaciones de jóvenes colegiales en los colectivos de retorno a sus hogares, y me da gracia. Pero recuerdo mis conversaciones con mis amigos de jóvenes colegiales de retorno a nuestros hogares, y me da vergüenza y me bajo llorando y llamando a mi mamita.

martes, 2 de abril de 2013

Opio

Le mostré cómo sangraba y me rellenó con agujas de pino. Me dijo que ya estaba, que siguiera mi camino. Pero a cada paso que daba las agujas de pino me pinchaban y dolían. Llegué hasta a un bar que recién abría, pedí un tequila, y pedí otro para una amapola con cara de dormida. Reímos y tomamos y dormimos y nos deshicimos de mis agujas de pino, nos deshicimos de sus medicinas y de nuestros caminos, y juntos olvidamos todo lo que quisimos, lo que una vez quisimos.

sábado, 30 de marzo de 2013

Cazador cambiado

Cada pajarito que pongo en la mira
es un pajarito al que perdono la vida.
Hace años que vuelvo a casa
con las manos vacías.

Ya no cazo osos ni lobos ni ciervos
ni mato liebres ni hormigas.
Ya no mato nada, ni a nadie:
soy la vergüenza del homicida.

Descubrí que no soy lo que pensaba.
Soy lo que me encontré haciendo,
no lo que hacía.

jueves, 28 de marzo de 2013

Gordito aventurero

De su abuela Matías heredó una linterna. Era vieja, metálica y pesada. No sabía de dónde había sacado esa idea, pero para él siempre esa linterna había sido la linterna mágica de la abuela.
Una noche se sentó en el jardín de su casa y puso la linterna parada hacia el cielo. La acarició despacio, como si fuera la mejilla de su abuelita, y la prendió. El haz parecía iluminar hasta las estrellas.
Matías que quedó mirando la luz, pensando qué lindo sería que un genio saliera de ahí y le concediera un deseo. Él, que tenia tantos problemas y cosas para corregir, podría aprovechar muy bien ese deseo.
Fantaseaba tanto con ese genio que, cuando se le apareció, flotando sobre el ojo de la linterna, dudó por un momento si no se había quedado dormido. Pero no, el genio estaba ahí, y le ofrecía un deseo. ¡Era real!
Y su respuesta fue inmediata: no deseó ser flaco en vez de gordito, no deseó tener mil amigos en el colegio, no deseó plata, ni una cartuchera nueva, ni que sus papás se pelearan menos, ni ninguna de esas cosas que generalmente le daban vueltas por la cabeza.
-¡Quiero -exclamó sonriendo- aventuras!

martes, 26 de marzo de 2013

Canta y pelea

Volvió el capitán de la reunión en el campamento enemigo con el semblante endurecido. Su esposa lo acompañó hasta su tienda y mientras ayudaba a desvestirse le preguntó qué habían hablado.
-Todas las conversaciones son vulgares tanteos, nada es verdad y todo está velado -respondió, caminando hacia el baño caliente que su mujer le había preparado.
Ella se retiró y se sentó en la oscuridad, y lo escuchó cantar alegremente mientras se bañaba.
-Si hoy canta para darse ánimos, mañana... -murmuró, estrujando la camisa que su esposo el capitán acababa de quitarse- tocará la trompeta de la guerra.

lunes, 25 de marzo de 2013

Esa es la explicación

Había un nene contento. Estaba sentado en medio del pastizal sonriendo al cielo.
-¿Por qué sonreís?
-Porque me habló una mariposa en sueños.
-¿Y lo que te dijo la mariposa te hace sonreír?
-La mariposa me llevó a pasear entre sus alas y me cantó cosas bonitas. Comimos chocolate entre las plantas y dibujamos nubes sobre el bosque. Oímos historias del arco iris y jugamos a las escondidas con los leones.
-¿Esas cosas te las contó la mariposa en tu sueño?
-En el sueño la mariposa me hablaba.
Y sin decir más, de entre el pastizal se elevaron dos enormes alas de cristales tornasolados y emprendieron vuelo la mariposa y el nene sonriendo.

Paisajitos

No cierres los ojos, dejame ver un poco más. Es que hay paisajes brillantes allá, en tus pupilas. Me parece increíble que nunca te los hayas visto, si fuera vos pasaría horas frente al espejo. No parpadees, el escenario cambia cada vez que parpadeás, dejame ver. No retires mi mano, juro que no voy a hacer fuerza, sólo quiero ver más de cerca, retenerte cerca, con cuidado de no mover ni un pelo, observando, eterno observador, lo negro en tus ojos, lo inalcanzable de tu mirada. Puedo sentir el calor de tus mejillas en mis palmas, el ardor de tu frente, el ritmo de tu respiración, la textura de tus labios. Y sin embargo son tus ojos los que siento más de cerca. Esos paisajes tan claros, que pareciera poder acariciar con los dedos que ahora te están tocando la piel. Tiempo suficiente, se cierran. Te pierdo, te busco, te pido perdón. No llores, por favor lo que quieras por que no llores. No inundes esas tierras de tu mirada, no ahogues la esperanza mía que quedó atrapada en el laberinto de tus pupilas.

sábado, 23 de marzo de 2013

Caracol con sal

Caracolito lento, problemas a cuestas, avanza despacio, mirándolo todo, le importa bien poco, molusco gasteropódo, cuesta arriba o cuesta abajo, cuesta mucho o nada, por la calle empinada, arrastrarse a sí mismo, caracolito lento.

viernes, 22 de marzo de 2013

I don't care if I am better than you

We are almost there,
oh dolly give me a last effort.
Take care of your voice,
take care of your choices,
you'll never be this close.
Now wipe your tears,
wipe out your blood,
hold on the pain dolly,
everything is going to flow.
From now till death,
my promises, I swear,
oh dolly I won't broke them anymore.

jueves, 21 de marzo de 2013

Kamikaze mañanero

Me atacó cuando hacía poco me despertaba de una pesadilla siniestra de un sueño revelador. Me atacó cuando el cerebro vacila entre la luz y la oscuridad y el alma no se halla del todo en el cuerpo, cuando la vista sólo distingue una única profundidad, el olfato no existe, el oído está plagado de fantasmas y el tacto, aunque dubitativo, es el único que se mantiene fiel.
Nombre completo: Fernando Demián Tristán. Ferno para los amigos. Edad: 32. Estado civil: divorciado. Hijos: ninguno llevado a cabo. Trabajo: asistente de gerente en AMC. Actividad física: gimnasio, dos veces por semana. Enfermedades/ trastornos: diabético, neurótico, alérgico al kiwi. Tipo de sangre: A, creo que positivo.
No sé por qué llené este formulario mental mientras me revolcaba por el piso, puro golpazos, sabiendo que los intentos de resistirme eran inútiles, cuando podría haber llamado por ayuda, o lamentar no haber hecho algo mejor de mi vida.
Entonces fue cuando las yemas de los dedos reconocieron la textura inconfundible del destornillador. El destornillador que se había perdido después de reparar el farol del techo del dormitorio, había quedado entre las pantuflas viejas, abajo de la cama. Lo aferré con fuerza y lo clavé varias veces en mi atacante. Me lastimé mi otra mano al hacerlo, pero sobreviví.
Al ponerme de pie, tambaleante, no recordaba nada de lo que había pasado y de lo que había pensado. Recordaba haberme despertado de una pesadilla siniestra, de un sueño revelador. Pero nada de eso había logrado retener. Todo recuerdo perdido.

miércoles, 20 de marzo de 2013

La historia más triste

¿Una historia triste es una historia en la que las cosas salen mal? ¿En la que el protagonista hace las cosas mal? ¿Mal desde un principio, o se le tuercen? ¿Una historia triste es una historia en la que su némesis hace las cosas muy bien? ¿Una historia en la que todos hacen las cosas de forma que salgan mal para el único que quiere que salgan bien?
Yo conozco la historia más triste. Era la de alguien que podía darte todo lo que necesitabas, y quería dártelo gratis. Lo tenía todo y no quería más que compartirlo. Y vos no lo aceptaste. Esa fue la mayor de las tristezas, ver su felicidad deshojarse, pudrirse, destilarse en otras carteras, evaporarse, tumbarlo y no dejarlo ponerse de pie. Eso fue, eso fue.
Hay que tener alas muy amplias para remontar vuelo sobre la tristeza. Y pulmones para cantarla.

Iú idó iaivá

En mi cárcel atacó el viento
que vino desde afuera.
Zamarreó las banderas,
dispersó el polvo,
volteó los asientos
y abrió las puertas.
Ahora salgo a buscarla
en los confines de mapas
sin trazos,
sin rutas
ni escalas.
Basta ya de jugar solo,
estoy listo de mis trampas,
este viento me promete
logros, vicios, monstruos, oro.

lunes, 18 de marzo de 2013

Can you feed me with glory?

Se me achican las pupilas
de ver tanta nube blanca.
Son tan grandes, tan brillantes,
van tan alto, tan tan lejos.
Tantas nubes
todas blancas.

miércoles, 13 de marzo de 2013

Haber, habemus

El mendigo sonreía sin dejar de mirar como lunático su tacita vacía de telgopor. De repente levantó la mirada porque un grupo de gente en trajes finos, viejos con anillos gordos, estudiantes con gorras de costado, oficinistas con la corbata en un bolsillo, mujeres con tacos rotos. Su mal humor se desparramaba con cada bocanada que soltaban, sus palabras negras ensuciaban los vidrios, llenaban las calles de papeles arrugados, se acumulaban en las cornisas y embarraban los charcos de los cordones.
-Imbéciles -gritó el mendigo, llamando por un instante la atención del grupo que pasaba-. Revienta de lástima mi pecho por la gente que no sabe hacer, no sabe rezar, no sabe perdonar y tampoco sabe guardar silencio. La boca parece ser el único músculo que ejercitan, y lo hacen sin misericordia. Es una lástima que no sepan siquiera cómo reír.
Y él y yo reímos a gusto, dejando las tacitas de telgopor a un costado, mientras se alejaban.

sábado, 9 de marzo de 2013

Cuando camina descalza

Tengo un dolor que es mujer porque duele cuando habla, duele cuando calla, duele cuando se mueve y duele cuando está quieta por horas. Duele durante el invierno y con los cambios del clima, duele con las películas tristes, duele cuando los demás están contentos, duele con los perritos, duele cuando queda una sola tostada, duele si se acaba el yogurt, o si se acumula basura, si alguien la engaña, si la subestiman, si fracasa, si se frustra por cualquier cosa, si tiene sueño o si está aburrida.
Yo dejo que duela, ¿cómo impedirlo? Espero que un día ya no duela, y que sea alegría, una alegría  mujer, alegre cuando ríe, cuando habla, cuando suspira, cuando cocina, cuando pierde el tiempo, cuando toca la guitarra, cuando se baña, cuando juega, cuando camina descalza, cuando ve las flores de cerca, cuando rompe un florero, cuando usa el jean lleno de agujeros.

martes, 5 de marzo de 2013

Cuponcitos felices

A cada uno, cuando está por entrar, le dan en mano una cuponera de felicidad. No lo dicen explícitamente, pero hacen creer que es la única cuponera que te van a dar. Por eso hay mucha, muchísima gente que la cuida, procura no malgastar ni un solo cuponcito, mirando desconfiadamente a esos infelices derrochadores que parecen tener cupones ilimitados. Ignoran que cuando una cuponera se acaba, siempre se puede  llamar y encontrar alguien que regala nuevas, o que siempre hay alguien dispuesto a compartir alguno de sus últimos cupones con los demás.

miércoles, 27 de febrero de 2013

Anticábalas

Hay gente que guarda durante años un champaña en la heladera esperando algo para celebrar. Otra gente compra calzado deportivo y un chandal haciendo juego, con la ilusión de salir a entrenar algún día. Otros tienen una muda de ropa elegantísima, o un vestido caro, un collar de perlas de una abuela, un reloj con cincuenta y tres rubíes, y piensan con ansiedad que algún día los lucirán en un evento.
Yo tallé un tótem en quebracho, un rostro ancestral que grita enojado, y lo guardo para poder hacerlo trizas con un hacha si un día no encuentro otra forma de liberarme de una frustración o una impotencia muy grande.

domingo, 24 de febrero de 2013

Descubrimiento

Descubrí que no tengo remeras con dibujos interesantes o chistosos, aunque se me ocurren diseños nuevos todo el tiempo. Descubrí que los jeans me gustan simples, berretas y en lo posible, no muy limpios. Descubrí que uso las mismas zapatillas, una vez que me resultan cómodas, hasta que van quedándose atrás en retazos grises. Descubrí que uso el mismo cinturón desde los quince años, que uso pañuelos de tela porque no me gusta la fragilidad de las carilinas. Descubrí que no uso anillos, ni pulceras, ni collares, ni tengo agujeros para aritos, ni tatuajes. Parezco aburrido, descubrí. Descubrí que a tus ojos debo parecer muy aburrido.
Lo que no descubrí todavía es la forma de hacerte ver que tengo en la piel cicatrices con historias en vez de tatuajes, ideas locas en vez de remeras, zapatillas que recorrieron kilómetros de calles y veredas, jeans cómodos para que te sientes sobre ellos, en vez de pantalones sofisticados, y un cinturón que se muere de ganas de que lo desabroches.

Pajarito del alma

Descubrí que hasta los pájaros se esconden cuando diluvia. ¿Por qué obligar al alma a buscar su alimento entre el aguacero y el granizo, si las aves hambrientas esperan en su nido a que escampe? Es mejor aguardar en silencio o entonando melancólicos lamentos a que brille el sol y los insectos salgan de sus guaridas, si total no hay pichones a los que cuidar. Un pájaro solitario puede esperar en una rama que pase la tormenta, emprender vuelo con el estómago vacío y encontrar un lugar mejor más allá del horizonte donde las semillas sean doradas y las flores bailen todo el año.

miércoles, 20 de febrero de 2013

Sopla

Un chorro de helio directo al pecho, dolor intenso y súbita sensación de flotabilidad. Tus amigos te habían dicho que no iba a doler, pero dolió, y un poquito te sentís mejor. Tal vez no todavía, pero sabés o intuís que es el principio de una mejoría.
Distinto es tener que ser Rambo y meter el inflador dentro de tu propia herida, y jalar una, jalar dos, jalar mil veces, sin importar si está cicatrizando o no, inflándote las carnes heridas con aire magro, con la esperanza (ya no la certeza) de que vas a mejorar si seguís haciéndolo.
Tienda la idea de mezclar humo en el inflador. Tienda la idea de tirar el inflador y pedir pastillas. Tienta la idea de tirar todo y dormir y llorar durmiendo con los ojos cerrados. Tienta tanto que la única opción es poner el despertador muy temprano, antes de que se despierte todo el mundo, despabilar, mirarse al espejo, buscar la herida, hacerla supurar, respirar profundo y clavar el inflador, a lo Rambo, a lo deprimido arrepentido, a la única opción sana que da el espejo.

martes, 19 de febrero de 2013

We will all be changed

Perdimos el rumbo y las apuestas. Sabíamos las consecuencias desde el primer instante de vuelo. Si hubiéramos ganado todo el oro, estaríamos juntos, nadando en una ola esmeralda, vomitando pétalos, brillando con el veneno más dulce de la naturaleza.
Pero contamos mal las vueltas de los dados y olvidamos las gracias dadas, no nos dieron tiempo ni para la venganza, no hubo tiempo para echarse atrás. Se cortó la luz, se rompieron los dedos que nos mantenían unidos, los pies dejaron de moverse. Caminé a través de desiertos de riquezas que nos separaron.
Ahora daría todo lo que tuve por saber dónde estás ahora, qué harás el resto del día, qué olor tiene tu piel. Pero no me dicen nada. Hay botellas exóticas, platos extraños, velas de colores, que me invitan a cenar, pero la mesa está vacía. Y no me dice nada.

lunes, 18 de febrero de 2013

Medallas para el ciudadano

Hoy se me ocurrió que debería cargar medallas (baratas, plásticas, simbólicas) en un bolsillo, para aquellos transeúntes que se las merecen. La idea vino cuando una madre con cuatro hijos evitó que el más chiquito tirara un papel a la calle, y después al subir al colectivo, hizo que se sentaran uno a upa del otro porque, les explicó, ellos ocupaban mucho espacio, había mucha gente para subirse, y podían hacerse upa tranquilamente como buenos hermanitos que eran. Sí, de haber tenido una medalla en el bolsillo (y el valor para entregársela) lo hubiera hecho, y hubiera sido algo bueno.

sábado, 16 de febrero de 2013

Hoy recordando

Hoy recordé cuando veía a través de tus ojos, y tu mirada que me decía que dudabas, que aburría. Hoy me acordé de las fantasías que até a tu nombre, y las risas y esa mano que temblaba, y me acordé de que reías tan agudo como una fuente llena de carpas. Me acordé que nos peleamos. No pude recordar por qué nos peleamos, sólo pude recordar que no te pude hacer reír más, que te privé de cuentos, aventuras, mentiras y canciones. Hoy recordé que mis manos también temblaron, que marcaba números equivocados, que escribí mensajes que nunca llegaron, que até nuevas fantasías a tu nombre, en tu nombre, con tu cara, en tu lugar, todas tan falsas. Hoy recordé que también nos cruzamos. Recordé que fue chistoso el ángulo, la sonrisa política, que se me secó la garganta, y que te pregunté por tu nuevo número pero no lo anoté, y que pasó un auto que casi nos mata y te agarraste de mi codo, como alguna vez yo había imaginado para otro contexto. Recordé que te despediste y cruzaste la calle, que miramos los dos para los dos lados, y que te fuiste por la vereda de la sombra y yo para mi casa. Y no quise recordar más nada, ya con esos dolores bastaba.

viernes, 15 de febrero de 2013

Amar incongruencias

Amo lo directo siendo indirecto. Amo la lo inseguro desde la seguridad. Amo la realidad desde mis idealizaciones. Amo lo veloz dentro de mi tranquilidad. Amo la aventura desde un sillón, las charlas en la distancia, los viajes dentro de mi casa, lo infinito desde mi jardín. Amo los insectos desde este lado del mosquitero, los animales salvajes desde la ciudad, el mundo desde una pantalla, la acción en lo escrito y los muertos en el eterno cotidiano. Amo las declaraciones del amor dentro de los secretos, amo la fiebre enamorada escondida en el miedo, amo el temblor del corazón endurecido en el cemento, amo la confesión perdida entre mentiras.

viernes, 8 de febrero de 2013

RP 50 INSTRANSITABLE

Vacaciones es un viaje. Y un viaje son recuerdos, fotos, souvenirs, gente con la que se charló, encuentros, comidas, accidentes, contratiempos, planificaciones, problemas, resoluciones rápidas. Todo lo que se le cuenta a alguien, lo que todos preguntan cuando volvés, lo que quieren oír. Lo que te gustó, contamos lo que nos gustó de entre todas las cosas que visitamos, las fotos que sacamos, los inconvenientes que resolvimos, las chicas lindas con las que charlamos. Pero hay otras vacaciones, otros viajes, que vuelven con nosotros cuando regresamos. Son las fotos que no sacamos. Los lugares por los que seguimos de largo. La gente que miramos de lejos y nos preguntamos de qué estarían hablando. La mirada que no se cruzó. El paisaje atrás de la montaña que no subiste. Las cosas que no pasaron porque fuiste precavido. La lista que no se tachó por completo. Ese viaje lleno de huecos, lleno de indecisiones tiradas para un lado y no para el otro, no se lo podemos contar a nadie. Es un viaje recorrido y sin recorrer. Otro viaje, tal vez. Para otros, tal vez.

La planta que odio

Odiar una planta. No sé cuán común será, tal vez entre paisajistas y botánicos sea tema de una conversación común, pero no conozco a ninguno. Es como odiar una de las cosas más inofensivas del mundo, lo sé. Y lo mío no es odiar las plantas, sino a una sola en particular.
Me acuerdo que en mi casa anterior había un jacarandá que me molestaba, no aguantaba las hojitas diminutas, el lila afeminado de sus flores, lo único bueno que tenía era el crujido de esos frutos duros y secos cuando los trituraba con la planta del pie. Siempre le hacía pis al tronco, cuando me aburría agarraba algo de metal y le hacía pequeños tajos bien cerca de la base, para que nadie los viera. Cuando pasaba la bordeadora cortando el pasto, lo castigaba de más haciéndome el distraído.
En esta casa hay un limpiatubos terrible. El motivo de mi odio es concreto: los pelitos rojos de sus flores llenan la pileta y no dejan que esté limpia ni por un minuto. Es insoportable, es como una mujer gritando sin parar. Y no hay castigo que sirva con esta planta, ni aunque la podé con motosierra y la reduje a una triste mutilación, logré matarla. Refloreció a la siguiente primavera.
Cuando maté al gato del vecino, el que nos comía los quesos que se estaban oreando, hice un pozo entre las raíces (amputando varias en el proceso) del limpiatubos y lo enterré ahí. Pero desde entonces sus flores son más rojas y sus hojas son más largas, las ramas se estiran acercándose a la pileta que se ensucia y el tronco se engrosó como una víbora constrictora. Es como si la maldad del gato y la de la planta se hubieran fusionado, en vez de envenenarlo este a aquella, como yo esperaba.
Fui derrotado. Fui vencido completamente por la única planta que odio en esta casa. Cuando papá me preguntó por qué había decidido tan de repente mudarme al centro lo dije sin pensar, como un acto fallido que pasó desapercibido. "Porque allá no hay plantas", dije, y nos reímos. La mía era una risa muy amarga.

sábado, 19 de enero de 2013

Vacaciones 2013

Esa sensación de estar volviendo, pero que fue anteayer que te fuiste. Comprobar sosegado que las cosas te extrañaron tan poco como vos las extrañaste a ellas. Comprender que el lugar que conocés (el que habitaste toda la vida) no es más que un sofá del cual estás listo para saltar.
Resumen (dame una l, dame una a): muchos alambrados, un camino de ripio, mucha gente mirando pingüinos que despiertos parecían estar dormidos, el viento y el ripio, un salto al agua, paisaje verde que pasa al rojo y mil cuevas que no esconden tesoros, sino botellas y cenizas de alguna noche vulgar, florcitas amarillas abanicándose en las banquinas, después florcitas blancas, nieve, lagos, árboles altos, como gigantes que murmuran entre sí, allá arriba, sin oírnos, sin prestarnos atención, leche en polvo y paté y fideos, piedras infinitas piedras, con mapas de continentes imaginarios, con jeroglíficos, con brillantes, piedras rebotando en el agua, agua invisible o verde o turquesa o celeste o azul, y flotar en el agua llevado por la corriente, grandes cascadas, exposición corta exposición larga, pájaros, insectos, paisanos, paisajes, lagartos tornasolados, ampollas en los dos pies, enfriarse y tomar sol, leña fuego cocinar comer y dormir, y volver. Rápido, volver rápido porque tal vez sea verdad que la relatividad influye en el almacenamiento de memoria según la velocidad de los cuerpos al volver de vacaciones. Rápido, volvamos rápido.

martes, 1 de enero de 2013

Dame una h, dame una o

El cielo solemos verlo fraccionado. Apenas vamos a una quinta o una plaza poco arbolada y nos damos cuenta que en treinta metros a la redonda no hay edificios, miramos al cielo y lo vemos ahí, como amplio, todo arriba nuestro. Por primera vez cobra sentido la expresión de "cúpula celestial". (Antes, el resto de la vida, había sido una "cuadrícula celestial".) Es común tenderse boca arriba y tratar de abarcarlo de una sola mirada, buscar con el rabillo del ojo el límite, el horizonte, que no está, claro que el límite no está.
En las esquinas suele suceder algo similar. Justo en el centro de las intersecciones suele quedar un espacio abierto (cruzado de cables, es verdad), donde uno puede pararse y contemplar esa inmensidad tan superior a la inmensidad humana. Lástima que la ciudad no nos deja pararnos en medio de las esquinas y mirar arriba. Podemos pasar la vida viendo el cielo por pixeles y autos a los costados, sin acceder nunca a esa otra dimensión, que es la del firmamento inmisericorde.