jueves, 21 de abril de 2016

Trémula

Tu vida no es tuya ni es eterna. Es limitada y te fue prestada.
Tuyo no es el mundo ni la vida de los peces, los pájaros, los árboles, el polvo, las arañas.
Tuya no es el dinero. Tuyo no es el tiempo.
Sólo sos dueño de las acciones en que invertís el tiempo. Sólo eso.
Podés invertir tu tiempo en dinero, pero así sólo se compran cosas y no se paga el respeto.
No se puede pagar con dinero por el respeto al trabajo de otros, ni por el respeto a sus horas de estudio, ni por el respeto a las piedras molidas, ni por el respeto a la fruta cosechada, ni por el respeto al humo que ensucia el cielo, ni por el respeto a los fósiles, ni el respeto a los cantos rodados.
Lo único que es tuyo son tus decisiones vertidas en acciones: acciones de respeto y gratitud hacia el tiempo de tu vida, el tiempo de la vida de otros, el tiempo de la naturaleza.
O acciones de egoísmo y desperdicio.

domingo, 13 de marzo de 2016

Badabumberos

[Badabumberos capítulo 15]

"-Edu, ¿llevaste los vasos que te pidió mamá?
-Sí, y preparé el jugo también.
-Bien hecho, ¿me traés un poquito?
-No pa. Andá a la cocina y agarrá uno de los vasos. Están todos llenos.
-Bueno bueno…
Papá puso en mute la tele y dejó el sofá para ir a la cocina. Yo aproveché y me deslicé sobre el sofá para apropiarme del control remoto.
En el noticiero mostraban las preparaciones de festejos alrededor del mundo. Marley ponía cara de serio cada tanto. En China y en Australia ya era de noche.
Volví a abrir el diario sobre mis piernas y revisé todo página por página, sin saber bien qué buscar pero sin saltearme ningún titular.
Volvía a pensar en la vuelta al campamento esa noche, abajo de la lluvia. Íbamos en fila india, sin hablar, con todas las linternas prendidas y sin recaudos. Empapados.
-Miren, luces -había apuntado Juampi en un momento.
Dos luces débiles habían proyectado dos haces de luz sobre la ladera del cerro lejano, moviendose en zigzag como lombriz asustada. Juli había sacado otra foto, y por el ruido de la cámara supimos que era la última.
-Che… ¿soy yo -había comentado Sofi- o esos son los faroles de una camioneta?
Nadie quiso contestarle, pero entonces Luca había apuntado su linterna a las piernas de Mariana.
-¿Qué te pasa que caminás chueco?
Y con la naturalidad del que puede esquivar pelotas supersónicas, yo respondí:
-Chocamos rodillas cuando corríamos de los perros -Y, por un rato, sin mirarla a Mariana, me hice el rengo yo también.
[...]"

Me había olvidado de poner esto. Badabumberos terminado, hoy trabajo en Mozklonheim.

viernes, 4 de marzo de 2016

Condición humana LXIII

Apagó su celular, prendió su celular. Esperó unos segundos y lo apagó. Prendió su celular. Lo apagó con furia.
Sacó un cigarrillo con un toquecito en el culo del paquete. Se lo llevó a los labios y lo volvió a guardar. Lo sacó, lo prendió, cortó la pitada a la mitad y lo aplastó contra el piso. Tosió y volvió a sacar un cigarrillo con un toquecito en el culo del paquete.
Presionó el timbre. No escuchó que sonara. Apretó más fuerte y más largo, hasta que sintió la vibración distante. Soltó. Esperó. Volvió a tocar fuerte y largo. No escuchó que sonara. Se hizo doler la punta del dedo. No escuchó que sonara. Soltó.
Visera para adelante. No, visera para atrás. Se sacó la gorra y expandió la bandita de abrojo. Para adelante. No, para atrás. No, visera para adelante.