En mi cárcel atacó el viento
que vino desde afuera.
Zamarreó las banderas,
dispersó el polvo,
volteó los asientos
y abrió las puertas.
Ahora salgo a buscarla
en los confines de mapas
sin trazos,
sin rutas
ni escalas.
Basta ya de jugar solo,
estoy listo de mis trampas,
este viento me promete
logros, vicios, monstruos, oro.
miércoles, 20 de marzo de 2013
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