lunes, 18 de noviembre de 2013

Dueños del mundo

Fue siempre el que se quedó cuando podía volverse; el que siguió avanzando cuando nadie pensó que iba a seguir avanzando; el soldado que no se replegó a pesar de estar herido y siguió en el frente; el que corrió al primer lugar voluntariamente; el que no colgó todo cuando se hizo su hora sino que eligió seguir activo; el que fue mucho más allá de lo que todos merecían y creían posible. Ése marcó la diferencia. Y no el que aflojó al tocar el límite, mucho menos el que se dejó caer un metro antes de cinta de llegada, jamás el que no se levantó del sillón. El mundo, la vida y las cosas están para el que empuja más allá de sí mismo, para el que hace a pesar de lo que cree.

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