martes, 19 de febrero de 2013

We will all be changed

Perdimos el rumbo y las apuestas. Sabíamos las consecuencias desde el primer instante de vuelo. Si hubiéramos ganado todo el oro, estaríamos juntos, nadando en una ola esmeralda, vomitando pétalos, brillando con el veneno más dulce de la naturaleza.
Pero contamos mal las vueltas de los dados y olvidamos las gracias dadas, no nos dieron tiempo ni para la venganza, no hubo tiempo para echarse atrás. Se cortó la luz, se rompieron los dedos que nos mantenían unidos, los pies dejaron de moverse. Caminé a través de desiertos de riquezas que nos separaron.
Ahora daría todo lo que tuve por saber dónde estás ahora, qué harás el resto del día, qué olor tiene tu piel. Pero no me dicen nada. Hay botellas exóticas, platos extraños, velas de colores, que me invitan a cenar, pero la mesa está vacía. Y no me dice nada.

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