miércoles, 9 de octubre de 2013

Condición humana LXI

Si estuviste toda tu vida dando vueltas por esta ciudad que parece eterna, y si estuviste todo ese tiempo buscando dónde comprar una cosa, una cosa que necesitás más que nada en el mundo. Si después de haber entrado a infinidad de negocios y locales sin haber tenido suerte, un día encontrás de casualidad, en una vidriera, eso que necesitás. Está ahí, atrás del cristal. Y si cuando vas a entrar ves que en la puerta hay un cartel de cerrado... ¿no intentás entrar igual? Tal vez el cartel quedo mal puesto, ¿no vale la pena intentar? Y si encontrás que no, que está cerrado y no abre hasta dentro de muchas, muchas horas, ¿no golpeás y llamás? Quizás el dueño está por ahí haciendo otra cosa, tal vez no tiene problemas en atenderte igual. ¿Y no llamás y golpeás más fuerte si nadie acude en un principio? Puede que estén ahí, pero estén durmiendo. ¿Y no vale la pena intentar e intentar largo rato? Tal vez sean sordos, tal vez tengan la tele muy fuerte, tal vez sólo están en el baño y van a demorarse un poquitito más.

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