miércoles, 30 de junio de 2010

Plantita rodadora IX

Acá pasa, bandolera, la planta rodadora.
De sus nueve padres siete la abandonaron,
uno desapareció y al otro ella lo mató.
Y si pasa hoy, desprevenida,
es sólo porque sintió pena de un mes con tan pocas palabras.

O sea, no ando con rodeos.

Relleno espacio.

Nada más.


Y punto.

Coleccionables

La campana suonará.

Así como los gatos ronronean despiertos, la campana suena al viento. El sol sale de día y hace frío en el invierno. Y un perfume se siente sólo después de haberlo puesto.
No quiero ceder mi asiento.

martes, 29 de junio de 2010

Cosas desta vida

Hay cosas en esta vida inútiles como intentar explicarle a un gato que el aparato nebulizador no lo va a matar. Hay otras absurdas como llamar a los gritos desde el baño para que te traigan papel higiénico, cuando tenés muy en claro que en el diminuto monoambiente no existen más que vos y unas cucarachas. Hay cosas que te vuelven optimista, como encontrarte diez centavos a la ida, y un billete de cinco pesos a la vuelta. Hay cosas que, por el contrario, se tiñen de tragedia. Como hoy, que me compré el mp4 que quería y me lo robaron antes de que supiera cómo subirle el volumen. Hay otras cosas que hacen tambalear tu férrea convicción científica, como el boleto capicúa que te tocó la última vez que fuiste a ver a tu abuelo con cáncer. Y sigue habiendo cosas (la mariposa que escapa de la telaraña, el vecino que te tira las hojas de su vereda en la subida de tu coche, el granizo que rompió la cabeza del duende de jardín que tanto odiabas, el blog en el que leíste una cosa sinsentido que a vos te tocó una célula especial de la memoria, la nube con forma de corazón que te tapó el sol en el momento exacto en que estiraste el cuello sonriendo por la primavera, el estuche que pateaste dos cuadras antes de descubrir que tenía un autito adentro), sigue habiendo, repito, cosas que se olvidan en dos días pero que van rellenando, imperceptiblemente, la mayor parte de la vida.

sábado, 26 de junio de 2010

La crónica de casa: el papi, la camisa y el ropero

El pequeño Demián era un mocosito malcriado, la mamá una consentidora y el papá un superfluo. Para el cumpleaños del papá, Demián quería regalarle una camisa. Entonces la mamá le compró una camisa celeste para que él se la regalara. Se la mostró, le dijo que era un secreto hasta la fecha del cumpleaños, la escondieron juntos en lo alto del ropero y volvió a insistir que no dijera nada.
Cuando llegó el papá al día siguiente, Demián corrió a su encuentro, lo arrastró de la manga hasta la habitación y gritó:
-¡Mamá te compró una camisa celeste, me dijo que no te contara nada y la escondió allá!
La mamá nunca se enojó tanto con él, y le dio su primer cachetazo. El papá se descuajeringó de risa y siguió como si nada, y el pequeño Demián aprendió la lección: una vez que el padre supo lo que le iba a regalar todo el hecho perdió la gracia, y cuando le pidió a la mamá que le comprara otra camisa para regalarle, se encontró con su orgullo herido y lo que significa un no.

viernes, 25 de junio de 2010

Los mendigos argentinos

No alcancé a explicar lo que me llevó a alejarme del mendigo que volví con él. Humillado, aturdido. Todas sus palabras de sabiduría fueron un derroche en mis oídos. Nada de lo que me enseñó sirvió, pero mea culpa, no suya. Llevo todo el mérito de esta derrota.
Igualmente quería narrar mi reencuentro con él. Después de buscarlo una semana entera por los rincones que frecuentábamos juntos, me lo fui a encontrar de casualidad sobre Avenida Córdoba, mirando hipnotizado un monitor gigante en una vidriera, acompañando de gentes en celeste y blanco.
-¿Qué hacés acá? Si odiabas los cuchicheos del fútbol.
-Es que el Mundial es otra cosa -me contestó con ojos brillosos-. Es el único juego pasional de las multitudes en el que se mezclan tan magistralmente las políticas y el azar.
Lo miré encariñado, miré la gente que nos rodeaba, miré la pantalla y regresé a su rostro iluminado.
-Qué lindo volver con vos.

miércoles, 23 de junio de 2010

Condena Amarga

A veces algunas realidades de la vida nos remiten a nuestra verdadera esencia, a veces nos recuerdan cómo somos en verdad. El miércoles pasado recuerdo que, mientras me lavaba los dientes a la mañana, apareció mi prima (persona feliz y fresca ella) y me preguntó:
-¡Primo! ¿Qué hacés lavándote los dientes si te acabás acabás de despertar?
-Me saco el sabor amargo de la boca para sentirle el sabor a las medialunas -le contesté yo como lechuzo sabio.
-¿Sabor amargo? -cuestionó ella con énfasis-. ¿Te despertás con sabor amargo en la boca?
No le contesté, pero la sombría impresión de mi entrecejo le afirmaron que sí. ¿Por qué yo amanezco al mundo con esta horrible sensación y ella, todo lo contrario, con dientitos que saben a terrón de azúcar?

domingo, 20 de junio de 2010

Si yo fuera Maradona

El mundial es el momento en que todos podemos ser directores de la selección. La semana de elecciones es, en general, el momento en que todos tenemos el derecho de comentar cuáles serían nuestros extravagantes planes políticos. Y yo, para llevar la contra, voy a invertirlo:
Si me eligieran presidente, haría cinco cosas nada más: arreglaría en indec para que deje de mentir tanto; sacaría a todos los cabecillas de corruptos que hay por ahí, tanto en el senado, los jueces, la policía, las mafias, etc, y fusilaría derecho a viejo a los 50 o 60 principales y deportaría a sus familias, pero sin sacarles casi nada de sus bienes. Después de eso recortaría salvajemente los presupuestos dedicados a boludeces y los donaría a caritas y cosas así, y finalmente dejaría que los demás partidos ocuparan mi lugar, porque no sabría cómo seguir.
En fin, todo sea. Cómo se nota la escasez de historias. Cuando lleguen las próximas elecciones me luciré como DT.

De talentos naturales

Hay gente que se especializa en cualquier cosa. Pero no como los japoneses, que se concentran y esmeran en cada actividad que realizan. Sino gente que dedica demasiado tiempo a una actividad. Como esa que tarda una hora en afeitarse, o el que va al recorguines porque puede apilar un millón de dados uno arriba del otro. O el que corta el pasto tan seguido que tiene contados la cantidad de pasos necesarios y economiza al máximo la electricidad de la máquina cortadora. También está el que analiza los ademanes que hacen las personas con las manos y se obsesiona, y los que con mirarte la firma te la copian e imitan en diez segundos. Buen, se podría decir que cada uno de nosotros tiene empatía por alguna actividad, observación o cosa en particular. A mí me gusta regular y acomodar los jajajas del msn a la perfección, y saber cuándo corresponde visualmente un simple jaja, cuándo un jajajaja de cuatro jas, cuándo un jaj que termina intencionalmente en jota, cuándo no hay que reír (aunque cuesta), cuándo hay que aturdir con un JAJA MAYÚsculo y cuándo, también, es más útil poner una carita con lengua afuera en vez de una risa... Si les interesa, abran el msn, presten atención y practiquen. La práctica lo es todo, queridos: en estas cosas hay poco talento natural.

viernes, 18 de junio de 2010

Coleccionables

Te cambia el mundo.

Y si no lo hace, andá fijándote qué le pasa a tu cerebro, a tus ojos o a tu sistema límbico, porque algo anda fallando. La mejor película del siglo, la mortadela mejor cortada, el cubito más redondo, el limonero más retorcidito y la uña de pie más limpia o sea con menos mugre.

jueves, 17 de junio de 2010

¿Y?

Carolina se sentó en el colectivo. Un muchachito unos años menor que ella le dejó el asiento, sonriéndole. Sintió el sol de la tarde calentarle la cara y, sintiendo la modorra que le entraba al cuerpo, echó un vistazo alrededor: todas las personas iban leyendo un libro, el diario, charlando o mirando el exterior con dulzura. Ella inclinó la cabeza, oyendo el rechinar de la cuerina que cubría el mullido asiento, y rápidamente se durmió.
Despertó sobresaltada sin saber dónde estaba. Giró los ojos violentamente y comprendió que era otro colectivo muy diferente al anterior. Para empezar, estaba lleno de estrechos y duros asientos de plástico, y una luz azulada teñía todo. Intentó afilar la vista y mirar al exterior para saber en qué parte del recorrido estaba, pero era de noche ya e iban tan rápido que no pudo reconocer nada de nada. Desesperada miró a la gente que la rodeaba en busca de ayuda: hombres y mujeres en silencio. Primero notó que había muchos varones sentados, incluso jóvenes y nenes que podían ir a upa de sus madres, y sintió vergüenza ajena al ver que muchas mujeres y señoritas estaban de pie a su lado. Después notó que todos llevaban algo en los oídos. Algunos cabeceaban, otros iban medio dormidos, pero nadie hablaba con nadie, todos se ignoraban con todos.
De pronto un niño despeinado le dejó un papelito en la rodilla sin pedirle permiso y ella sintió una descarga eléctrica.
Exasperada, se incorporó con un espasmo y corrió al fondo del colectivo, dispuesta a saltar de él antes de que terminara de frenar. En su carrera chocó contra algunos, pidió perdón a los gritos pero nadie la escuchó ni se molestó. Un viejo que parecía ir escuchando la radio la siguió con la mirada, como enternecido, pero no hubo palabras. Carolina corrió y corrió pero no encontró puerta para bajar ni timbre para tocar. Había un colectivo atrás de otro, unidos por un fuelle gigante de goma negra. La luz azul le entraba en el cerebro y convertía todo en fantasmas silenciosos. El sonido de la ciudad nocturna, el traqueteo del motor, las ruedas sobre el asfalto...

miércoles, 16 de junio de 2010

Saluda desde la terraza

Te demoraste mucho en llegar,
muerte lenta, aletargada.
Llena de premoniciones que,
como tales, fueron ignoradas.
Pero ya prestaste alas,
ya cortaste el ancla,
ya vendaste ojos,
ya arreglaste sábanas.
Mi sombra sobre el ataúd
reemplaza a las flores
para la muerte plantadas.

viernes, 11 de junio de 2010

Ideíta para un corto

Un encuadre estable y horizontal de un asiento en la parada del bus (sí, bus). En él, a la derecha, hay una muchacha. En el lugar de al lado se van mudando los transeúntes, gente que sube al bus, gente que baja, ella mira todo. Una voz en off narra detalles de su vida, su perfil, algún secreto, y es acompañada por flashbacks de no más de cuatro o cinco fotogramas referentes a lo que cuenta. En determinado momento, ella sonríe, se inclina a un costado y le da un besito en el cachete al tipo que se encuentra a su derecha. Se incorpora inmediatamente y se va hacia la derecha de la pantalla (su izquierda), y la cámara hace un vuelco en 90º y termina en vertical, mostrando su lugar vacío.


Es lindo cuando la vida insiste (aunque no tanto como deseáramos). Hoy el pibe que creí que me iba a robar me pidió colaboración para que su esfuerzo no fuera en vano, y cuando le expliqué que sólo tenía 5 pesos en la billetera y que no necesitaba medias, me preguntó si se los regalaba.
-¿Eh? No.
-Jaja, bueno gracias.
-No, gracias a vos. ¡Suerte!

Floreano baila

Floreano vende carilinas (2 por 2 peso) a la salida de la estación. No pregona ni utiliza frases lamebotas y estereotipadas, no trata a la gente de culta ni de honrada, no alza loas metafísicas y poéticas ensalzando las cualidades de su producto, sino que más bien dice bajito y claro: "dos paquete de carilina a do peso" en el oído de cada transeúnte. Y tiene su eficacia: la gente que le compra es aquella que siempre usa carilinas, y no una ameba fetal que acaba de despertar al mundo y desconoce el uso del pañuelo-papelito.
Además, cuando no hay nadie pasando por su sitio, ni por entrar a la estación ni saliendo de ella, Floreano se relaja y baila un poquito de tap aficionado, y sonríe. Los que lo conocen y vigilan de lejos, aplauden sus breves sesiones.

jueves, 10 de junio de 2010

Fumar es malo

El señor Horacio fumó casi toda su vida, excluyendo casi toda su niñez. Y se dio cuenta que fumar era malo cuando, por pasar apurado por el quiosco para comprarse unos puchos, no encontrar de su marca e intentar hacer memoria cuáles eran, aparte de los Philip Morris, los que le gustaban, perdió el colectivo que pasa una vez cada media hora. ¡Recórcholis!, exclamó, o algo más vulgar que eso, mientras zapateaba el suelo. ¡Ser fumador apesta!


Como encontrarse un caramelo delicioso, o como que ese caramelo estuviera esperándome y lanzara destellos multicolores con su envoltorio polifascético, fue el viaje de hoy a la mañana.

lunes, 7 de junio de 2010

La Hecatombe

Cuando fue llegando el fin del mundo casi todos murieron. Y finalmente quedaron sólo cinco: un cineasta norteamericano, un millonario francés, un cura ortodoxo griego, un chino cualquiera y un chico con síndrome de down. Cuando se encontraron, en el último santuario de paz, el cineasta se propuso hacer una película documental de lo que pasaría a continuación y de sus experiencias personales. Pero al poco tiempo empezaron a morir: primero un monstruo gigante se comió al chino, como era de esperarse. Después el millonario los quizo cagar a todos subiéndose a un bote, pero le salió mal y se murió él. Después el cura se sacrificó para que el cineasta y el chico sobrevivieran del ataque de los volcanes inteligentes y, cuando quedaron sólo ellos dos y su película, el cineasta supuso que era el momento indicado para que el chico, comprendiendo sus limitaciones y sus escasas probabilidades de devolver ser significativo en el curso de la historia, sucumbiera. Pero pasó que la cámara filmadora se convirtió en una bomba y lo mató a él, al cineasta. El chico con síndrome de down murió unos días después.

domingo, 6 de junio de 2010

Coleccionables

Cárceles de esta tierra.

Se trata de esa foto amarillenta y opaca en la que tu rostro borroso de infante feliz acompaña a los bigotes arenosos de papá que te mira orgulloso y la enorme maya verde de tu mamá, que no era tan gorda como ahora. Se trata de esa foto y de los recuerdos que ella evoca, esas vacaciones en Mar del Tuyú que tan diferente es hoy en día, ese complot de sensaciones y pensamientos inmaduros que tanto te llenaban y tanto te permitían ignorar... Se trata de que hay que vaciar un cajón para meter los papeles y boletas de la computadora nueva, y cada vez cuesta más hacerlo.

Where can we find our magic?

-¡Mira los calderos llenos de pociones burbujeantes! ¡Mira las columnas y los techos achacosos, mira las grietas, la maleza y las ruinas de pequeños objetos que no rodean, reflejando la luz y de la luna y de esas viejas lámparas tapadas de polvo! ¡Mira esos rostros fantasmagóricos y monstruosos que nos observan desde lejos! ¡Mira todo atentamente! ¡Mira aquel gato negro que persigue duendecillos saltarines que se esconden tras las sombras, mira la magia, la magia de Estación Once!
-¡Dale, nene! No son duendes, son lauchas. Los que nos miran son los del furgón y están enojados porque el tren se demoró. Sí, está todo lleno de basura, pero las grietas en las columnas no me causan más que mala espina, y esas pociones burbujeantes no son de ninguna bruja: es el puesto de panchos. ¿Podés meterle pata a ver si conseguimos algún puto asiento?

sábado, 5 de junio de 2010

Imagina entender lo que dices

-¿Viste lo que hace Lucas? -le dijo Pablito a Lucía-. Es terrible el tipo, no para de hacer obra: el año pasado me acuerdo que fui al taller y estaba pintando paisajes en un color sepia que se zarpada, expuso y todo, y la semana pasada me comentaron que iba a exponer unas esculturas en cemento, y estuve buscando en internet... ¡es terrible lo que está haciendo, es buenísimo! Tiene una fuerza, una capacidad creativa terrible. Hablé con él ayer y me contó que está planeando dirigir una serie de cortos sobre la prostitución infantil pero que nos sean shockeantes; me estuvo contando cómo los quiere hacer y suena que va a ser genial... Este Lucas es terrible, tiene muchísimo potencial, es una máquina, no para.
Mientras tanto, en otra realidad:
-¿Viste lo que hace ZX300? -le dijo RT250/1 a Xtar1200-. Es terrible el robot, no para de hacer cosas: el año pasado me acuerdo que fui al taller y estaba lubricando maquinaria que tenía aspecto de vieja y se zarpaba, logró venderlas y todo, y la semana pasada me comentaron que iba a mostrar unas tuberías de aleación de plomo y cinc, y me enchufé a internet... ¡es terrible lo que está haciendo, es buenísimo! Tiene una fuerza, una capacidad constructora terrible. Hablé con él ayer y me contó que está planeando redactar una serie de proyectos sobre el desguace ilegal de máquinas con fallas, pero que nos sean shockeantes; me estuvo contando cómo los quiere hacer y suena que va a ser genial... Este ZX300 es terrible, tiene muchísimo potencial, es un humano, no para.

¿Dónde está mi doble?

La teoría del doble feliz me la contó el mendigo con el que estuve viviendo los últimos meses. (Muchos se sorprenderían de la prolongada hospitalidad de los mendigos.) Me contó que cada uno de nosotros, desgraciados, tiene un doble idéntico pero feliz en algún lado del mundo. Que no necesariamente somos idénticos físicamente, pues quizás el mío sea un negro o un chinito, pero sí en cosas de personalidad y eso. Y es diametralmente feliz. O sea que en cualquier país del mundo, hay un tipo que piensa igual a mí, cree las mismas cosas, trata igual a la gente... pero es feliz. Humanamente feliz, no increíblemente feliz.
Yo le pregunté al mendigo si también tenemos un doble totalmente desgraciado, y me contestó que eso sería ir muy lejos y enredar la teoría. Entonces le pregunté si no seríamos nosotros la parte completamente desgraciada, y me dijo que algo de verdad tenía, pero no tan rotunda: mi doble feliz también tiene recaídas, tanto materiales como morales, pero no pasa a ser infeliz. ¿Y cómo me daba cuenta yo si era el infeliz o el infeliz? Porque tal vez mi doble era de tal forma que resultaba mucho más desgraciado que yo...
En fin, me gustó esta teoría de los dobles felices, porque significaría que al menos la mita de la humanidad sonríe.

miércoles, 2 de junio de 2010

De esa gente como nos

Hay mucha gente alrededor, quizás demasiada, y si nos ponemos a hacer clasificaciones profundas sobre ella, nos matamos todos. Así que hoy simplemente voy a hablar de una categoría de personas: de esas personas que fueron vacas de la manada toda su vida, pero que cierto día se encontraron con alguien que no es una vaca, sino alguien coherente, y que les demostró que el pensamiento (en especial las reflexiones y las observaciones autónomas) es algo hermoso. Pero en particular, hoy voy a hablar de esa gente que, luego de haber sido vaca y encontrarse con un filósofo, perdió el contacto con él y volvió a la manada. Y de toda esa gente que volvió, voy a hablar sólo de los que no pudieron volver a ser simples vacas, pero que tampoco pudieron profundizar en esas metacosas de la reflexión, la observación, el pensamiento tangencial, sino de las vacas que, con un tremebundo esfuerzo mental, se las apañan una vez por semana, dos veces por mes, en dejar de ver televisión y pensar, analizar. Pero que lo hacen mal, se mandan cualquiera, no entienden nada y para colmo, como viven rodeados de vacas que nunca conocieron a nadie coherente, se creen lo más de lo más: ellos y sus pseudo observaciones pelotudas. Sí, de esa gente voy a hablar hoy.

martes, 1 de junio de 2010

La bloggada de este mes

khairs sesse pothions (esto no trajo nada nuevo bajo el blog) intismash formuc dialtrib cerbo... ablerpol (el telefonol)

Es ya famosa la Conocida Nube de Una Gota. Es decir aquellas nubes o nubarrones que pronostican grandes tormentotas pero que no sueltan más que una mísera gota por hora las muy amarretas. Conocida Nube de Una Gota fue aquella que, en el lago Tikicaca, pasó sobre la cabeza de August Friedritchnsen, una tarde. Sobre el dorso de su mano derecha cayó su única gota, haciendo que él elevara la vista, viera el panorama celestial y se preocupara. "Va a largarse el aguacero", pensó, pero en su lengua nativa, y aunque era totalmente falso, corrió desesperadamente, sacudiendo sus bagages de mochilero, hasta la cabañita de una india que vive por ahí, para pedirle hospedaje. Allí conoció a la hija de la india esta y se enamoraron. Todo gracias a esa Conocida Nube de Una Gota.

Ahora, las historias de los Desgraciados Pingüinos Rompehielos, son otro tema.