martes, 3 de septiembre de 2013

Random nightmare

Después de quince días de caminar como una persona perdida, llegué a un río de agua blanca que bajaba por la pendiente más suave de la montaña. El aire olía a cítrico y a aguja de pino, los pájaros y los insectos picaban a todo pulmón, alborozados por el calor del mediodía. Dejé que la corriente se llevara mi mochila y mi ropa y la suciedad que se había incorporado a mi piel. Desnudo fui río arriba, por la pendiente más suave de la montaña, hasta que la montaña se hizo pared, la tarde cayó a mis espaldas, los pajaritos e insectos se volvieron lobos y osos, el agua blanca no me dejó beber.

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