Son cuatro y viven en el vagón de la plaza del vagón (para quienes no saben, la plaza del vagón conserva un viejo vagón, artísticamente decorado). Viven adentro del vagón, sin que nadie sepa: la madre cocina, el padre junta pedacitos de puchos y porros para prender el fuego todas las noches, y los dos niños, curiosos, salen a revolotear las noches nubladas de luna nueva.
(Y hacía mucho que no lloraba de tristeza y autocompasión.)
sábado, 11 de abril de 2009
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Por lo menos te hace más artista
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