sábado, 25 de abril de 2009

Cosas que valen mil penas

Vale la pena amar (para empezar).
Vale la pena reencontrarse.
Vale la pena intentar, sí, vale la pena.
Vale la pena sonreírle a alguien aunque uno se desangre, sea ese alguien más o menos desafortunado que nosotros.
Vale la pena ir a misa, sí señor.
Vale la pena ir a un parque de diversiones, sobre todo en temporada de entradas con descuento.
Vale la pena llorar sólo por lo que se perdió, teniendo ya el pañuelo listo a secar lágrimas.
Vale la pena perder la ingenuidad, para después recuperarla.
Vale la pena dejar los post un poco más de tiempo para que se junten dos mensajito mantecosos.
Vale la pena tratar de vivir.
Vale la pena no hacerme caso, vale la pena.



Está llorando. Cada tanto llora hoy. Se siente en medio de un desierto. Siente que lo patearon del tren. No ve nada hasta el horizonte, pero todo su alrededor está plagado de ilusiones ópticas que lo atraen burlescamente.

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