jueves, 30 de abril de 2009

La pintura del miércoles

Dicen que la sonrisa del sábado te dura sólo hasta empezar el lunes, porque ya el domingo empieza a decaer. Pero la pintura del miércoles abajo de las uñas (no, abajo no, adentro de las uñas) puede acompañarte toda la semana en ausencia de cepillo. Y no se diluye cuando te lavás las manos, o al menos no se nota que se diluya. Se queda alojada allí; te saluda cada vez que estás aburrido y te mirás los dedos esperando que llegue el tren; saboreás ese amargo sabor pintura cada vez que te comés las uñas; te recuerdan que sos un sucio cuando tenés el alicate a mano y vez que, por más que podes profundo, la pintura va a seguir allí abajo. Uno uno puede acordarse qué es lo que había pintado la clase anterior de mirarse los deditos.
La pintura de los miércoles, en ausencia de cepillo, se va recién al otro miércoles (salvo que caiga feriado o falte la profe). Y se va no porque decida diluírse con el agua de las canillas de la facultá, sino porque nueva y fresca pintura viene a ocupar su lugar, la avasalla y le gana la batalla. Y hasta la semana próxima.



Es una flor de loto... con imaginación.

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