Hasta que no pueda verte en persona y hablarte de lo que cargo,
voy a idealizarte mil un virtudes y voy a buscarte en cien luceros.
Voy a dibujar tu cara en cada esquina, cada vidrio empañado,
cada boleto arrugado, cada luna y en cada vida.
Vas a traspasar mis sueños, mis horas de estudio, mis estados de ánimo.
Vas a presenciar sólo en mi mente los secretos que yo te cuente,
y me vas a romper el alma, sólo en ficción, por los deseos que tengo
de no caer en esa terrible, ponzoñosa ilusión.
Esscétera.
Sábado, dejá de robarme personas universitarias.
sábado, 4 de abril de 2009
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