Decían que Sholín Muhamaha era el más grande pensador después de Mahatma Gandhi, pero que desgraciadamente no se hizo famoso. Dicen que tenía tres musas personales y tres de esos demonios raros que, como a Sócrates, le decían qué hacer y qué no. Se llamaban Cacho, Fulano y Anónimo. Cuentan que, una vez, Rabindranath Tagore, el Gran Tagore, pasó a visitarlo en su penthouse cinco estrellas y que discutieron sobre ciencia, epistemología, metafísica, dioses lares, Robin Hood, la imprenta de Gutenberg, la barba de Gepetto, Hamlet, los viajes a la luna, los viajes al microcentro, los átomos, las bolas de los toros y las uñas encarnadas de Gandalf. Luego de eso Sholín Muhamaha le ofreció a Tagore uno de sus demonios aconsejadores y un par de musas inspiradoras, pero el Gran Tagore las rechazó.
Algunos admiradores de Tagore lo lamentan (los que conocieron a Sholín Muhamaha, en cambio, lo festejan); todos admiradores de Sholín Muhamaha se alegran, el 67% de los admiradores de Johnny Depp creen que fue lo mejor que podía haber pasado, y al resto del mundo le da igual.
Qué boludo que me tiene.
domingo, 19 de abril de 2009
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