jueves, 23 de abril de 2009

El apodo pelotudo II

El Pulpo Barrabás y el resto del mundo sabían que hay dos cosas con las que no se jode: una es con la estación fantasma de Villa Luro, o Villa Luto como le empezaron a decir algunos; y la otra cosa es con él: el Pulpo Barrabás. Así que tuvo completa razón cuando le dio esa trompada a su compañero de trabajo: ¿cómo le iba a preguntar por qué le decían así? ¿Era idiota? No, peor aún: ¡todos sus compañeros eran idiotas! Porque sabía muy bien el Pulpo Barrabás que había sido una apuesta. “A que no te animás a preguntarle al Pulpo Barrabás por qué le dicen así...” Una piña fue poco, pensó limpiándose la sangre de los nudillos. Tendría que haber cagado a trompadas a todos. Insolentes que eran...

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