jueves, 23 de abril de 2009

Hagamos Om

[...]
El templo era un edificio plano que abarcaba casi un cuarto de la isla, respetando sus desniveles y accidentes geográficos. Era simplemente una cuadrícula de columnas y columnas de la misma altura que sostenían un techo plano de losas hexagona-les. El piso tenía el mismo aspecto que el cielo raso y los tonos grises, la sombra permanente, las plantas y enredaderas que crecían en algunos sitios y se agitaban con la brisa, que corría fresca entre las columnas, hacían de ése un lugar tranquilo y relajante. No daba ganas de hablar.
[...]
Cimbaderos II


Hagamos Om. Ooommmmm... No puedo hablar con quien necesito hablar como si se tratara de respirar. No puedo escribir cuanto quiero. No estudio lo que me apasiona. Ahora no me dejan viajar a donde anhelaba. Ooommm... Es el momento de demostrar que felices no son las cosas ni lo sucesos, sino las personas. Algo bueno va a salir.
Eees la vida... que me alcanzaaaa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

A ver qué tenés para decir...