domingo, 19 de abril de 2009

La clara meta de Clara*

Clara sabía que son como más de trece millones de personas en la Capital y el GBA. Difícil figurarse trece millones de personas, entre viejos, recién nacidos y gente del medio, eran muchos. Pero seguro, por más millones que fueran, con los cuarenta y cinco grados de térmica, se tenían que sacar todos sus cuellitos de polar en verano.
Eso quería decir (y ahí Clara sonreía) que debía haber alguien, uno sólo, el primero que, con la primera refrescada, se pusiera un cuellito polar. ¡El primero de Buenos Aires, Capital y GBA! Y Clara quería eso, quería ser la primera de más de trece millones, en desempolvar el cuellito y lucirlo por la calle...
Los últimos cinco años venía haciendo lo mismo, e iba contenta resistiendo el viento con la cabeza bien erguida. Pero igual le agarraba duda existencial en alguna esquina: era difícil de comprobar si había sido la primera... el GBA es grande...


(¡Sí!, celebró mi cerebro cuando, al salir de casa, me detuve a acomodar la botamanga del jean y descubrí, asombrado, 50 centavos allí perdidos. Moraleja: usar siempre jeans con botamangas ayuda a ahorrarse esas moneditas que a uno se le caen y no se da cuenta, no las encuentra o le da paja buscarlas.)



*Qué pelotudo. "Clara meta de Clara". No sé si es que en verdad estoy pelotudo, o infantil, o si es que me estoy odiando a mí mismo más que de costumbre en estos días. Creo que es eso...

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