domingo, 26 de abril de 2009

Árbol

Un día firmaban autógrafos los cuatro integrantes (ya no cinco) de Árbol, en Ituzaingó. Yo fui con dos amigos y llevaba una copia de varias letras de canciones mías. Había dos chicas ahí con cámara digital, y cuando nosotros tres pasamos a que nos firmen nuestras remeras, mochilas, papeles, ellas nos sacaron unas fotos. Yo les dejé mis letras a los de Árbol. ¿Son tuyas?, preguntó Pablo, sí le dije. Muchas gracias, agradeció él, y yo sonreí enorme. Después salimos de ahí, le dejé mi mail a una de las chicas para que me pasara las fotos y nos fuimos. A la noche una de las chicas me agregó al msn, me pasó las fotos y me preguntó por qué nos habíamos ido tan temprano. Ella se había quedado, había estado charlando con los integrantes de la banda, se había sacado montón de fotos, y yo me había ido. Es uno de los remordimientos más grandes, porque nunca recibí ningún tipo de contestación por las letras de mis canciones... Si me hubiera quedado tal vez hasta las leían o algo, hubiera sido hermoso.


El viento se lleva el humo. ¿Baila bien el hombre con piernas rotas? El sol no se puede mirar. Los espejos siempre nos mienten y lo sabemos, pero no nos permiten distinguir sus mentiras de sus verdades. Por más que limpies, habrá polvo mañana. Las sombras se alargan.

2 comentarios:

  1. Que lindo que escribís rafa!
    tocan hondo tus palabras. Particularmente me llamo la atención el último párrafo, la palabra es "interesó" en realidad...
    y es raro también lo que escribiste,lo raro de cierta forma es atractivo, nos hace únicos y especiales.
    Lo prometido, cumplido... un poco tarde.

    Caro! de consudec... aclaro por si acaso no recuerde

    ResponderEliminar
  2. che, yo conozco al primer batero de árbol... es amigo mío de hecho. qué onda? no es para tanto

    ResponderEliminar

A ver qué tenés para decir...