jueves, 14 de mayo de 2009

Correrás

Usualmente las nubes no pasan ni tan rápido ni tan bajo. Pero hoy sí, las tengo acá nomás: miro por la ventana y sé que si Dios me hubiera dado un brazo más largo podría jugar con los dedos entre su vaporesencia. Estas nubes, que hacen vuelo rasante sobre la casa donde vivo y sobre los árboles entre los que me muevo, pasean como burlándose de mí, haciéndome desear ser ellas. Si tuviera suficiente dinero e inconsciencia, haría construir un rascacielos, uno altísimo, justo acá en medio de donde vivo, para que vieran las nubes de repente que una ventanita se abre, que una personita se asoma, y que esa personita soy yo, que finalmente estoy a su altura y puedo jugar entre su vaporesencia a mi gusto, puedo gritar e irme con ellas.

2 comentarios:

A ver qué tenés para decir...