miércoles, 27 de mayo de 2009

Aproximaciones teóricas

He notado que a la mañana madrugadora hace más frío en a la noche. Aproximadamente mil o cien mil veces más frío que a la mañana, y creo haber descubierto las razones: una es que a la madrugada nosotros salimos de una cama calientita, algunos una ducha hirviente, y el contraste es mayor. Otra razón es que al despertarnos apenas estamos entrando en movimiento, estamos nosotros mismos fríos, y a la noche, en cambio, venimos ya bien entraditos en calor. Por último, a la noche la humedad apenas está llegando, pero a la mañana ya se está levantando: el rocío emerge de la tierra y el vapor, la neblina, que básicamente es agua (y el agua es una gran conductora del calor) se posa sobre nuestra piel y nuestra ropa, extrayendo nuestra temperatura y dándosela por medios térmicos al aire. Eso es todo.

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