martes, 5 de mayo de 2009

Desesperanza IV (b)

Era difícil (sino imposible) encontrar a alguien como ella quería: un hombre físicamente alto y medianamente apuesto. Si le dejaba barba mejor. Tenía que ser atento (no hacía falta que se acordara todas las fechas sí o sí, pero que fuera atento), cariñoso y muy maduro, pero con toques infantiles divertidos. Tenía que tener brotes espontáneos, pero no ser alguien totalmente impredecible, sino que tuviera cierta rutina placentera… Tenía que ser alguien claro, que no se anduviera con chiquilinadas y pendejadas por la vida, alguien que la hiciera sentir bien. En lo posible, alguien con una vida emocionante: que supiera un poco de todo y por haberlo vivido, o haber conocido a otra gente con toda clase de problemas: alguien quien pudiera siempre ayudarla…
Era difícil encontrar a un hombre así, y lo sabía. Pasaría toda la vida solterona porque nunca encontraría a ese hombre, y si lo encontraba, seguramente ya iba a estar casado. Y quizá fuese su misma conciencia la que la hizo enamorarse, al día siguiente, del pibe vagabundo que le fue a pedir pan… No era exactamente lo que pensaba, admitió ella, pero que sabe de la vida, sabe.

1 comentario:

  1. eemm me asusté,..=s Se parecen a mis "exigencias" y a lo que yo pienso (excepto por lo de la barba, es mucho mejor sin barba)y me agarró julepe de terminar con un vago limpia vidrios...

    te felicito por incrementar el número de mensajitos mantecosos,eh ;)

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