Colocarse frente al escritor y recitar, concentrado en ello, con los ojos cerrados:
La realidad supera a la ficción, la realidad supera a la ficción, la realidad supera a la ficción.
El resultado es inmediato. Si la imaginación del escritor no se encontraba en su punto óptimo, esta trastabillará. Y si aún así no queda frita al instante, con citar casos históricos tales como el del general que llevó a cabo un funeral con honores militares para su pierna amputada, la vida del hombre elefante o la típica anécdota increíble del gato de la vecina que atropellaron tres veces y sobrevivió a la vieja, alcanza y sobra. El resultado, les digo, es inmediato.
Me tomo vacaciones.
This pretty feeling is going to kill someone.
viernes, 15 de mayo de 2009
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Más vale que sean cortas, las vacaciones, digo. Me (mal) acostumbré a leer vario textos tuyos todas las noches.
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