Me desperté preguntándome desde cuántos puntos de vista se puede analizar o disfrutar un suceso. Me pregunté si era verdad que todas las historias estaban ya escritas y cantadas, si en verdad lo único que variaba era, justamente, el punto de vista desde donde se cuentan o cantan. ¿Cómo puede ser que se sigan vendiendo y pintando botellas, siempre botellas?
Luego de despertarme, vestirme, elongar y lavarme los dientes con los dos dentífricos matutinos, seguí pensando en eso. Pero después no, perdí esa idea en el ajetreo casero. Sin embargo, a la hora de verme cara a cara con el blog, la recordé. Y ahora, escribiendo esto, soy consiente de que no es original, de que ya está escrito por alguien más, en otro idioma, y que de todas formas no me importa.
jueves, 21 de mayo de 2009
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