jueves, 28 de mayo de 2009

Tres cuestiones importantes

Por un lado, me estuve lastimando, cortando y magullando la mano más que nunca.
Por otro lado, noté que esos trenes nuevos, que tienen seis pares de asientos (tres y tres, enfrentados) están maravillosamente creados. Uno puede pensar que los ratas que los diseñaron, con tal de poner un par más de lugares, hicieron que los cuatro asientos centrales estuvieran tan estrechos que las piernas de los viajeros apenas caben. Sin embargo es increíble la bondad de dicha disposición, ya que favorece de una manera insospechada los diálogos espontáneos, las risas, alguna bronca que se deshace en humor irónico y demás demostraciones que, a la larga, pueden llenarnos de amigos, novias/os, conocidos, amigos del Facebook, enemigos mortales, amantes y demás clasificaciones sociales. Además, un observador detenido podrá notar que los transeúntes que tienen la cualidad de viajar del asiento que está del lado del pasillo, no tienen muchas posibilidades de ver al exterior: entre las cabezas de las demás personas que ocupan la columna de sillones, sólo quedan en las ventanas dos espacios despejados por los cuales mirar hacia afuera. (Eso pasa con todos los que van del lado del pasillo; los que están del lado de las ventanillas deben conformarse con tener un cachete pegado a ella.) Y, como decía, esos "sitios de observación" están hermosamente diagramados, ya que se encuentran entre ellos; entonces, alguien que está, por ejemplo, en la tercer fila de asientos que miran hacia delante, encuentra su mirada en el mismo lugar de la ventana que el que está en la primera fila de asientos que miran hacia atrás: están mirando el exterior, pero, si es de noche y ven los reflejos, ¡se están mirando entre sí! ¡Oh maravilla de maravillas, qué prodigioso el diseñador que nos brindó tantas sutilezas en los vagones de tren! ¡Oh agraciado sea aquel que le permite al adolescente universitario gozar del encontronazo de miradas y rodillas con la treintañera en flor de su belleza, aunque sea por unas pocas estaciones!
Y por último lado, los vecinos del frente me tienen harto con eso de podar la plantita. Harto.

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