viernes, 26 de junio de 2009

Some things are better off alone

A veces el sudor viejo tiene olor a té. Mis eructos saben a té. Los eructos hacen vibrar la caja torácica (qué palabra chota) como unos parlantes gigantes. Unos parlantes gigantes tienen imanes gigantes. Yo tengo siete imancitos de viejos auriculares y un celular. Me compré nuevos auriculares geniales y a la semana un pibe me vino a robar el mp3 (incluidos los auriculares) y lo mandé a cagar: sigo con mis auriculares. Siempre que me mandan a cagar digo "ya fui hoy, gracias", pero a veces es mentira. Cuando me mienten no me doy cuenta, así que tampoco cuando me dicen la verdad, pero por algún motivo altruista o simplista decido que todo el mundo dice la verdad, salvo que sean muy evidentes, como para querer más a las personas. Sócrates creía en una Verdad suprema y, aunque muy capo, terminó suicidándose, no sé si de capo total o de chistoso que es el destino, que dejó vivitos y coleando a los sofistas. La gente que no entiende nada se convierte en neosofistas, y llega a decir que el coraje no es propio del ser humano, no es natural. Es natural que llueva, que salga el sol, y que usemos paraguas. El diminutivo de paraguas es paragüitas, y no sólo suena a bromita, sino que además lleva diéresis. Diéresis lleva tilde. Mi mamá llevaba dos bolsas para hacer los mandados cuando vivíamos todos juntos, y volvía siempre cargado, por eso tiene tanta fuerza como un patovica. Los patovicas se dan con papota en el mejor de los casos, y una vez conocí a uno que toma sus "complementos" con té de manzanilla. Y era chistoso, porque como decía, el patovica, todo sudado, tomaba té, que a veces tiene el mismo olor que el sudor viejo.

2 comentarios:

A ver qué tenés para decir...