viernes, 5 de junio de 2009

Costumbres

Una vez canté: somos animales de hábito, somos monstruos de nostalgia, somos duendes verdes que sólo se ven cuando ya no ves más nada. Pero me importa sólo el primer verso.
Es tal la costumbre que me distraigo con otras cosas cuando siento que manos con uñas de bruja le quitan a tirones la piel a mi corazón. ¡Duele tanto, es tan lento, tan ardiente!, y sin embargo vivo.
Tal es la costumbre que estoy en la página 99 (por cuarta vez en mi vida) y me agarra el bloqueo: ¡antes habría escrito blablablas con tal de pasar a la 100! Pero no, estoy en 99 y espero, tranquilo, a dar un paso tal vez interesante.
Y me acostumbré también a mirar las noches de luna llena (o casi llena), a notar que suelen ser noches despejadas, me acostumbré a ver los aros azules y rojos que se forman al rededor de ella. Y quizás lo haga toda mi vida: es hermosa la luna llena. Sé que aunque pasen mil cosas, una vez por mes me acordaré de esta sensación de tener el corazón pelado a tirones.

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