miércoles, 17 de junio de 2009

La casa del príncipe

Cierto día de aburrimiento, el príncipe de Antropquía hizo llamar a sus dos mejores arquitectos. Se me antoja una casa perfecta, dijo el príncipe, y debe tener estas características: debe ser una casa firme, maciza, pero no cuadrada y sin movimiento; debe fluir, debe dar gusto el recorrerla, pensando qué vendrá más adelante y sin poder olvidarse lo que uno acaba de caminar; debe tener tres pisos y un pequeño subsuelo para tres autos; la sala de estar debe tener de uno a dos desniveles armoniosos; debe tener un torreón más alto con espacio suficiente para muchos libros y ventanas siempre soleadas, para leer; debe tener una cocina con un comedor próximo, de excelentes proporciones para fiestas y reuniones; debe tener una terraza muy amplia con vistas a un jardín espléndido, con tres quinchos vidriados; y una escalera exterior; mi habitación debe ser muy grande, pero fácilmente calefaccionable; sobre el lecho, cuya cabecera debe apuntar al norte y a la puerta de entrada; debe caer un rayo de luna; de acostado debo poder ver las estrellas también; no quiero que el sistema del inodoro del baño haga ruidos que perturben la paz de mi dormitorio (odio eso); y por último, quiero una veleta negra con un dragón sobre el torreón, una parrilla afuera del tamaño suficiente como para asar un buey; un buzón azul y una plairum con tele de dos metros de largo.
Los dos arquitectos asintieron seriamente y, apenas estuvieron lejos de la vista del príncipe, huyeron del reino.


Uh qué bueno, un post más y mando a volar la foto de la tapa concreta con una fotudeada nueva. Me hice adicto a esto de subir fotos y escribir teletubeses. Que mi enemigo me aniquile por la espalda antes de sucumbir. Que mi enemigo me, que mi enemigo me, .

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