domingo, 28 de junio de 2009

Las lágrimas le atraviesan la cara

Hoy debía ejercer mi poder democrático pero, azarosamente, no aparecía en los padrones. Menos mal, no tuve oportunidad de impugnar mi votación.

Pensaba recién como que alguien me hablaba y me decía: vos podrías tener a la mujer más hermosa del planeta, y te quejarías porque no sabe cocinar. Y entonces me pregunté si el que una mujer sepa cocinar no la hace hermosa. Y me dije que sí: yo aprendí, hace pocos meses, que amo no sólo lo físico, sino también lo que una persona puede enseñar, aunque transmitir más que enseñar. Debe haber muchas mujeres feas que sin embargo son una belleza de vida. Ahí radica la verdad, esta búsqueda de belleza en lo femenino: la apariencia, la hermosura singular de cada rasgo, cada pedazo de cuerpo, y la hermosura de las cosas aprendidas, de las vivencias, de lo que se tiene para dar.
¿Y qué pasa con esas mujeres (que hay muchas) que no sólo son feas, sino que también son malas personas, tontas, histéricas, dañinas...? Por suerte para ellas, también hay hombres que no saben buscar la belleza.

Todo surgió a raíz de un dibujo que estaba haciendo. Cuando le saque una foto la subo en este mismo post.
Acatá.

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