sábado, 5 de septiembre de 2009

Riesgos

Creo que debió verme las cuatro tardes que tomé un café con ella. Siempre la mesita de afuera desde donde se ve el inicio de la plaza. Es probable que pasara detrás nuestro también y oyera partes de nuestras conversaciones. Así que entendí cuando, el viernes a la noche, se me acercó y me dijo confidencialmente:
-En un ojo tiene una amistad y en el otro un romance sin lápidas. Pero recuerde amigo, si algo tiene alguna posibilidad de salir mal, vale la pena jugarse.


Justo yo lo escribo.

1 comentario:

A ver qué tenés para decir...