miércoles, 16 de septiembre de 2009

Condición humana XXVIII

El pequeño jardinero observó la naturaleza que arrancaba de pies a cabeza. "De yuyo he encontrado definición, ya verás: es toda aquella planta por quien la hormiga no se vuelve voraz." Mas qué tonto el jardinero, pensó el pequeño: llamando yuyo al que es comido por el insecto se solucionaría todo, cuestión de intelecto. Sin embargo continuó arrancando yuyo, sudando sin miramientos, observando bien atento aquel malezal suyo. "Si corto periódicamente el hierbazal, no distingo las raíces del mal; y se reproducen a sus anchas, como un cuento sin final. Mas si yo dejo que crezcan, el proceso simplificaré: quedarán pocas raíces, porque en el yuyo la lógica es eliminarse mutuamente hasta que queden dos o tres." Y a pesar de toda y tamaña deducción, ese procedimiento simplista no sirve: siempre quedarán a la vista los yuyos de la cuestión. "La culpa es del vegetal, que crece tanto y en tal proporción, ¡y desdichado (aunque lleno trabajador) es el jardinero, que al arrancarlo encuentra profesión!"

Este me gusta, egoístamente hablando.

2 comentarios:

  1. Estos son de los escritos para grabar, (como hacía Cortázar), porque suenan perfectamente armónicos (:

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  2. Genial ,Sir!, coincido con Clarita y con vos...uf, hacia como 1 semana q no entraba y ya me he puesto al dia, veo que sigue con el lapiz...el teclado afilado ;)

    Exitos!

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A ver qué tenés para decir...