lunes, 21 de septiembre de 2009

Pirucha zanahoria panfletera I

Un colectivo mal iluminado. Uno de los tubos de luz parpadea cada tanto, como relámpagos. Afuera llueve con tanta fuerza que apenas es visible el exterior. Todas las ventanillas están tapadas de vapor que se condensa cada vez más. Hay un olor indefinido a tierra, humedad y grasa. La gente habla, apenas hay algunos parados. El murmullo del motor y de las voces es tranquilizante, el de la lluvia también. Lo único raro son los limpiaparabrisas: hay uno en cada ventanilla. La del frente, la del fondo y en todas las laterales. Se mueven descompasadas, a diferente velocidad cada una, haciendo distintos ruidos. Parecen viejos, o sillas de ruedas, chic, chac, chiuc, chiac. Los limpiaparabrisas, la luz que titila y los carraspeos amargos del conductor son lo único molesto.

Hay C. No hay C. No sé dónde mirar sin en(lo)que(C)er.

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