domingo, 8 de marzo de 2009

Sacrílego

Juani se asustó cuando se atrevió a pensar, así por pura picardía de su cerebrito, que Jesús, el Dios hecho Hombre, también se debía haber tirado pedos.
-Flatulencias, Juani -corrigió la mamá divertida-. Y sí, seguro tenía flatulencias. Pero la verdad no es tan importante. ¡A cualquier persona le pasa! Al presidente, a tu maestra, ¡al Papa, imaginate…! A papi, a mami, a los abuelos... es completamente normal, pero es mejor no hablar de eso y pensar en las cosas buenas de la gente.
Juani asintió, pero se arrepintió profundamente de su pregunta. Desde entonces jamás pudo mirar de la misma manera al Cristo Crucificado, y mucho menos a su mamá.

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