martes, 10 de marzo de 2009

30: corceles gitanos

No conocías la palabra celos,
y no es ciertamente lo que son.
Pero te habías enamorado de ella y ahora lo sabes por dolor.
Tu inseguridad te hizo pagar a fin de cuentas,
tu duda de si era amor.
Ahora lo sabes todo, ahora lo tienes claro como sol:
alguien más está con la mujer
que debía ser para vos.
Pero fue lo que buscaste: en el momento, algo de ella
te acobardó.
Y aunque seguiste viendo estrellas,
juntitas en una canción, ahora ves como sano
aquel cometa que las separó.

Es novata la noticia, estrenada la sensación:
por ahora no te duele la pérdida de ese amor.
Pero qué pasará luego, quién llenará ese error
de quedarte callado, de entregar y hacerte a un lado,
de dar a quien te supera, de no atender el llamado,
de haber colgado las espuelas y haber fusilado tu corcel.

Quizá no sea malo, quizá hasta lo superes bien.
No supiste si habías amado
hasta que la viste con él.

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