viernes, 27 de marzo de 2009

Daniel perdido

Si es un duende, tiene tres dientes frontales. Si es un elfo negro, tiene orejas en punta y salidas hacia afuera. Si es un hada, su figura sensual te hará saberlo. Si es un murciélago comehombres, batirá las alas diez veces por minuto. Si es un gremlin, oirás sus cuchicheos asesinos. Si es un tritón, verás la superficie del agua repicar. Si es una veela, sus pupilas serán rojas. Si es un grim, sus ojos brillarán como lunas amarillas.
¿Cómo fijarse en tantos detalles?, se preguntó Daniel, a orillas del lago Tenebroso, perdido en el bosque ruso, tapado hasta las orejas con el abrigo de su padre. ¿Cómo fijarse en tantas cosas cuando tantas sombras, seres y sonidos fantásticos lo rodeaban? Se hizo la Señal de la Cruz y aguardó que todo pasase.
Qué malas, malas vacaciones en Rusia...

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