Abro el cajón del hotel una habitación vacía, partida por la barriga, con bochorno como cruel alcancía, y en la penumbra un papel, un avión, una flor de papelón, que vuela y se cuela como pétalo rojo y azul por la rendija, que es fija que se separe, como dijo la hidalga tía de la Valentía, y eso que por estos días camina y llama al que lame y le brotan llagas en la lengua, mano muerta de la vihuela que compró con el dinero de sus espuelas: mejor comer lechón que pasar un sábado al sol escarbando la tierra yerma de tu yerno, pensando para tus adentros que el sol es un astro y es un invento.
*(sea lo que sea que eso signifique y exprese en sucesivas secuelas.)
lunes, 16 de marzo de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Y cuentame Rafa, ¿como haz estado todo este tiempo?. Mucho sin saber de ti.
ResponderEliminarSaludos.
:)