domingo, 8 de marzo de 2009

Dos y nueve: centella

Tal vez sea el destino,
tal vez, mi desatino.
¿O será mi sólo culpa, o una mariposa?
Murphy quizás, que no hace más que empeorar las cosas.
Quizás sea esa la suerte que nos toque hasta la muerte.
Quizás es que yo no merezco verte.
¿Intentar, seguir haciéndolo?
Lo hago sin darme cuenta, lo intento atando cuerdas.
Pero no: cada vez que acordamos,
un lugar, un día muy esperado,
algo malo te sucede, imprevisto e inevitable,
y nuestra cita, sin vos, se muere.




Por judío y por avaro me he quedado sin mi palo.
Por vago y atenido: mis amores he sufrido, mis virtudes he perdido.

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