jueves, 26 de abril de 2012

Yo aguafiestas

En los cumpleaños el nene, la vieja, el oficinista fofo soplan la velita y todos contentos. En el recreo un nene no le comparte su chupetín al otro por la saliva, qué asco, y en la oficina del fofo todos andan con su alcohol en gel porque claro, todo, qué asco que da.
Yo creo que esa gente nunca se fijó en realidad lo que es soplar. Deben pensar que sale aire nomás, que desde los pulmones atraviesa bronquios y tráquea y pasan por la boca la lengua los dientes y los labios y sale el aire así, tan puro, tan campante... Que hagan la prueba un día y soplen fuerte sobre alguna superficie limpia, sobre un papel, sobre un monitor, y vean los pedazos de garzo que espolvorean a diestra y siniestra.
Y que vuelvan a comer torta de cumpleaños así tan contentos y piolas. Llenas de confites, chocolate rallado, milanesa del mediodía y staphylococcus aureus prestada.

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