martes, 17 de abril de 2012

Hoy dos cosas

Una: las lapiceras con almanaque, ¿cuestan más caro porque reducen exponencialmente sus funciones? Me explico: una lapicera normal sirve hasta que se queda sin tinta, y un almanaque normal dura hasta que acaba el año. Pero con estas lapiceras almanaques siento que la mitad del producto está condenado a morir prematuramente y ser una carga para la otra mitad: o se termina la tinta en junio y hay a mano almanaques más prácticos para consultar, o llega el 2015 y vos todavía con la misma lapicera aparatoste que sigue en la cartuchera como una araña en su cueva.

Dos: gordos hubo siempre, y me acuerdo que también antes había gordos que en base a un esfuerzo que mi mente difícilmente concibe, adelgazaban hasta condiciones óptimas y saludables. Y se mantenían así el resto de sus vidas. Ahora cada caso similar que conozco, termina con la simple explicación del bypass gástrico y una sonrisa de suficiencia. Digo yo: si alguno de esos gordos voluntariosos se cruza con uno de estos gordos tecnologiosos, ¿no siente arder dentro de sí una ira de titanes?

Tres: maradó maradó.

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