Tenía los pies fríos
hasta que hablé con vos.
Dijiste tan lindas cosas
que la sangre se me hirvió,
primero se entibió un pulmón
y enseguida tomé color.
Caminamos juntos ese día
hasta el fin del balcón.
Cantamos fuerte y cantamos tanto
al malvón y picaflor
que ahuyentamos todos los fríos
los llantos y la propia voz.
jueves, 29 de marzo de 2012
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