jueves, 6 de mayo de 2010

Un nombre difícil de recordar

A veces el mundo parece una pequeña hogaza de pan espolvoreada con un glaseado mágico. (Otras veces parece una reseca pizza a la piedra con desencontradas aceitunas marchitas, pero engaña.) Y son tantas las historias que llegan a uno, tantas más las que se le escapan, tantos los detalles cristalinos que la necesidad amputa pero que brillan en la memoria observadora, tantos los hilos de esa araña magnífica (araña destino, araña universo, araña casualidad o como quieran llamarla) que si uno intentara por definición abarcar la vida completa de un humano, no tendría más remedio que narrar la de la humanidad presente, pasada y futura, contando lunares, secretos, pedos, chistes tontos, vergüenzas y pelitos de la oreja con minucioso regocijo.

Brindo por los desconocidos en el colectivo y por las historias (sinónimo de cosas) que llegan al blog.

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