viernes, 30 de abril de 2010

La invención steampunk

Era una ciudad populada pero no tanto, le faltaba para ostentar letra grande en los mapas. Y tenía sólo dos teatros: uno la Ronda de la Comedia y el otro el Podio de la Tragedia. Los aficionados y los poetas y dramaturgos profesionales acudían a cada uno de ellos según escribieran comedias o tragedias, rogando por éxito. La gente de esa ciudad se ocupaba mucho del teatro.
Pero pasó un día que un tal Rodrigo Paronce llevó sus papeles al Podio de la Tragedia, y tras echarles un vistazo se los devolvieron turbados. "Pruebe en la Ronda de la Comedia, le aconsejaron, aquí no podemos mostrar su obra porque no es tragedia, amigo, vaya a ver qué le dicen esos". Los empleados se trataban despectivamente de uno a otro, pero los dueños de los teatros eran muy amigos. Allá fue, pues, Rodrigo Paronce, sólo para recibir un rechazo y una recomendación de ir al Podio.
Cansado de rebotar, finalmente, Paronce juntó un dinero y se abrió su propio teatro, llamado Claveles, y se inventó así el género steampunk.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

A ver qué tenés para decir...