miércoles, 9 de diciembre de 2009

Testamentus

Esto es mi testamento para cuando sea alguien viájado, léido, fámoso, millónario y feliz: si muero sin haber publicado algo escrito y terminado, mis herederos tendrán que hacerlo editar a la fuerza, carajo. Y si muero con algo escrito por la mitad: ¡más aún! Deben hacer publicar las cosas inconclusas, pero sin concluírlas. Siempre tengo dando vueltas algunita línea que trata de cada perra historia: eso deberá ir como conclusión.
Cuando sea un escritor próspero y auténtico, mi regalo póstumo va a tener que ser incentivar al máximo la imaginación ajena: mediante historias inconclusas.
Tan inconclusas como todo lo que está en este blog.


Y si te como a besos (tal vez) la noche sea más corta (no lo sé, no lo seeeé).

Recordé de qué manera posteaba mil cosas por día: escribía cada mermelada boludés.

1 comentario:

  1. Descubrí que te encanta la palabra mermelada.
    A mí también, podría ir en la lista...

    ResponderEliminar

A ver qué tenés para decir...