miércoles, 9 de diciembre de 2009

Del amigo a la amiga

-Mirá estos labios: me tengo que poner colágeno.
-No seas boluda, otra vez lo mismo. Tenés un cuerpo y una cara perfecta, no jodás.
-Vos decís eso porque nunca me miraste de cerca. Yo todas las mañanas mientras me cepillo los dientes me encuentro diez mil defectos.
-Seguro.
-Ay... vos no entendés nada.
-Tonta eh, tonta. Yo todas las mañanas apenas abro los ojos porque así es más fácil encontrar uno o dos atributos que me ponen contento y me levantan el ánimo. ¿Para qué defectos inexistentes en ese cuerpo de diosa que tenés, boluda?
-... ¿Qué hay de malo que quiera mejorar mi cuerpo?
-Que primero: tu cuerpo no necesita ni veinte horas de gym por semana ni colágeno, segundo: que con sólo escuchar cómo te alagan los demás debería bastar para tener buen ánimo. Y listo, basta. La próxima vez que te mires al espejo ponete contenta de tener labios finos (o peor, de no tener labios como morrones) y no me rompas las pelotas, ¿querés?

No hay comentarios:

Publicar un comentario

A ver qué tenés para decir...