miércoles, 4 de febrero de 2009

Descontrolado

Mi primo gritaba todas las noches que cansaba y se hacía odiar. Pobre, mi tío lo tenía atado a la cama en el sótano porque estaba enfermo y en el loquero le habían pegado y y lo trataban mal. Pero era verdaderamente insoportable que cada noche se pusiera a gritar como desaforado mental, y para colmo mi tío me prohibía ir a verlo. Sin embargo, una noche en que él ya estaba dormido (se había quedado sordo con los años), yo agarré una linterna y bajé al sótano. Apenas abrí la fuerza mi primo tiró de mí hacia adentro y antes de que me diera cuenta me tenía atado a la cama.

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