La hermana María aprendió de pequeña a pegar calcomanías, y llenaba la ventana de su habitación, que daba a la calle, de calcomanías. Pero las pegaba hacia afuera. La gente que pasaba veía los colores y las formas, pero ella sólo veía la cara del contacto, manchas blancas. La hermana Eugenia hacía exactamente al revés. Ella desde adentro veía todo el colorinche divertido, pero la gente de afuera veía figuras blancas y aburridas. La hermana Josefa, en cambio, no pegaba nada, y los que estaban en la calle la veía tal cual era.
Al tiempo, las calcomanías de la hermana María se desintegraron por la lluvia, y los colores, antes hermosos, se destiñeron y se volvieron horrendos. La hermana Eugenia pasó horas y horas sin salir de su habitación, riéndose de sus calcomanías, pero terminó por perder la razón. Y la hermana Josefa sufrió las burlas de la gente de afuera, que la veían haciendo cosas íntimas cuando se descuidaba. Entonces, al hacerse grande, se mudó de la casa de sus padres.
miércoles, 18 de febrero de 2009
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lo de "mantecosos"me parece una estupidez de lo mas infantil. Nada, es una critica constructiva , supongo, con poner "comentarios" para mi ya está bien.
ResponderEliminarbuen texto, con errores, pero va queriendo
suerte
saludos
si, lo de mantecosos suena un poco infantil, estas escribiendo para un público de niños? Si es asi me parece bien
ResponderEliminarmmm no se si se publico me comentario anterior... bueh creo que lo que habia dicho era que mejor poner un par de calcomanias para afuera y un par para adentro, o poner cortinas asi la gente no te ve xD
ResponderEliminarahh y la gente que se queja de eso de los mensajes mantecosos... que les importa???
ResponderEliminarMargui, frenaste una planta rodadora. Congratulaciones.
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