jueves, 25 de octubre de 2012

Sorpresas urbanas

El otro día un chico de esos que esperás que de un momento a otro pelen celular con cumbia y reggetón, me quiso dejar el asiento porque me vio leer de parado.
El otro día un flaco de los que creés que salen a afanar a la salida de los boliches me llamó la atención para mostrarme que se me había caído un papel.
El otro día un tipo de esos que esperás que digan guarradas desde la obra en construcción me salvó de seguir dando vueltas, perdido, y al despedirse me deseó buena suerte, buen viaje y alegrías.
Perdón por lo escueto. Es que todavía me cuesta encontrar palabras.
Ya voy mejorando: en esos momento sólo alcancé a titubear "gracias".

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