El linyera dio un sorbito al café y después lo sopló. Los remolinos de vapor se lucían con la luz de neón que daban a la calle. Madrugada fresca para empezar la nueva estación.
-Si los pimpollos desmayaran intentando florecer -filosofó un momento-, pálida primavera tendríamos mañana.
Terminé el mío de un trago y sentí el calor que llegaba hasta el estómago y los pulmones.
-Aprendamos la lección de las plantas -añadí a su soliloquio-: si buscando la belleza algo languidece, seguramente que no será belleza el resultado.
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