domingo, 16 de septiembre de 2012

Mirar y aprender, decían las viejas

Vi. Vi alrededor lo que pasaba. Saber ver a los demás siempre fue una virtud mía, me permitió darme cuenta de cosas que, a los demás, les costó la experiencia. Entonces, te vi. Y decidí elegirte. Te elegí para compartir con vos estos años. Deliberadamente, intenté incluirte en las cosas cercanas e íntimas. No sé por qué te resististe, después te alejaste, me miraste, y tal vez algo instuíste. Desde entonces decidiste construir una vida junto a la mía. Eso sí que no lo vi venir. Unos años, pensé yo, ¿por qué pensar en más tiempo? A los que siempre miré les pasó así: después de esos años lindos vino la soledad y después nuevas personas. ¿Acaso yo me equivoqué? Unos años y cortar. Me da miedo pensarlo, me da miedo haberme equivocado. Todo junto. Todo el tiempo. No sé. A lo mejor, sin que me de cuenta, alguien me está mirando. Y aprenda de mi experiencia. Y saque sus conclusiones. Y se equivoque a su manera.

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