Mi teclado ya rechina pero las letras no se dan por vencidas.
El traqueteo aumenta como vías de tren en invierno.
Una vieja con valijas de metal haría menos aspaviento.
Un helicóptero con la mitad de tornillos, sin aceite y oxidado molestaría menos al oído.
Pero uno nuevo, lindo y con motor a helio no lograría volar tanto como mi tecladito.
I (L) U TECLADITO
martes, 18 de noviembre de 2008
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