lunes, 10 de noviembre de 2008

Condición humana IIII

Vino el zorro y le dio la receta para hacer una pastillita. Una vez que la probó le dijo, entre risas, que no viviría más si no comía una por día. Apesadumbrado, se dedicó a la ardua fabricación de la pastillita para poder vivir, y al cabo de un año era tan habilidoso que podía hacer varias en pocas horas. Entonces se la dio a algunos amigos y les dijo lo mismo que el zorro le había dicho a él, pero no les enseñó la receta, y a los pocos meses era millonario. El zorro se enteró de su fortuna y fue a visitarlo, pero entonces, para vengarse de él, apenas abrió la boca, le arrojó una pastillita adentro y le dijo, entre risitas, que el frasquito de pastillas estaba siendo vendido a cinco yenes. Pero el zorro, una vez que hubo tragado, rió más fuerte y, antes de saltar sobre él y matarlo de un mordisco en la yugular, le confesó que lo de morir había sido una mentira.

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