Yo le estaba contando al linyera que me acababa de acordar que su saliva siempre tenía el sabor del sugus de manzana verde cuando él me interrumpió y señaló hacia abajo. Allá lejos, por 9 de Julio, venía un gentío alborotador.
Desde hacía un tiempo el linyera y yo nos colábamos en edificios que quedaban mal cerrados e íbamos a pasar un rato a las terrazas más altas de Buenos Aires.
-¿Esos son los que festejan las nuevas medidas del gobierno o los que las repudian? -pregunté, bastante desinteresado.
-Festejan... No sé si sabrán algo de lo que implican las nuevas políticas a tomar, pero festejan que por hacer quilombo les den unos mangos y les dejen seguir haciendo nada...
Me encogí de hombros.
-Quisiera se uruguayo para poder reírme de la Argentina sin sentir tanta bronca -suspiré.
Pero al mirar hacia el costado vi que el linyera lloraba apretando los puños.
yo tambien quisiera..
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